Varios medios de comunicación de Marruecos, entre ellos La Dépêche du Nord, La Relève y Walaw, se han hecho eco de la intervención del historiador melillense Carlos Sánchez Tárrago en el Foro de Investigación sobre el Mundo Árabe y Musulmán (FIMAM), celebrado el pasado mes de octubre en Valencia. Las palabras del académico, centradas en la necesidad de reforzar los lazos entre Marruecos y España a través de la cultura, la sociedad civil y el conocimiento mutuo, han sido ampliamente valoradas por su tono conciliador y constructivo.
En entrevista con El Faro de Melilla, Sánchez Tárrago explicó que, a su juicio, la repercusión positiva de sus declaraciones en la prensa marroquí se debe a dos razones fundamentales. Por un lado, su profundo conocimiento de la realidad del país magrebí, donde ha residido y trabajado durante más de 25 años, además de sus años vividos en Melilla y en otras zonas del norte de África. Una experiencia vital que el historiador califica como “muy favorable y coherente con una tarea basada en la cooperación, el respeto y la defensa de principios fundamentales y del respeto a las normas por encima de todo”. Todo ello, afirma, le ha permitido ampliar su perspectiva y tener una percepción más clara de la colaboración y el entendimiento.
Por otro lado, destaca el enfoque respetuoso y cooperativo que ha guiado tanto su trayectoria como su participación en el foro celebrado en Valencia. “Yo creo que hay que poner sensatez. En un contexto donde hay tanta crispación, hay que destacar los puntos de cooperación que deben existir entre ambos países, porque los desacuerdos ya tienen quien los atienda”, afirmó en relación con su visión de entendimiento. La reacción de la prensa marroquí le ha sorprendido gratamente, y considera que espacios como este foro, donde se reúnen académicos y analistas, permiten un intercambio donde prevalece el conocimiento compartido —proyectos, opiniones y trabajos en marcha— y donde es posible un debate abierto desde posturas diferentes, en el que se encuentran “puntos en común”. Unos espacios que favorecen mantenerse como encuentros donde la crispación se aleje, resaltando encuentros donde la calma y el sosiego permanezcan, independientemente de si el momento político es favorable o no.
Para el historiador, la cultura es una vía esencial para el entendimiento y el reconocimiento mutuo. “La mayor diplomacia es la cultura, porque es la que permite un conocimiento en las dos direcciones. Cuando conoces al otro, el diálogo es más fácil”. A su juicio, esa cercanía cultural favorece una relación basada en el respeto. Sánchez Tárrago destacó también el papel clave que desempeña la sociedad civil: “La clase política está muchas veces sometida a vaivenes e intereses que no siempre son los de los ciudadanos. La sociedad civil es la que está más cerca de los problemas y la que debe vigilar a la clase política y mantenerse activa, por encima de esos ciclos”, afirmó. Desde su experiencia, considera que el respeto y la coherencia son la base de toda relación estable, tanto entre personas como entre países. “He vivido 25 años en Marruecos sin ningún percance, precisamente porque mis relaciones han estado marcadas por el respeto, la cooperación y la búsqueda de intereses comunes”.
Su participación en el FIMAM se produjo en el marco de una mesa dedicada a reflexionar sobre la percepción mutua entre España y Marruecos. Bajo el título “Marruecos y España: dos perspectivas, un espejo”, el historiador planteó una pregunta clave: “¿Qué sabemos realmente los unos de los otros?”. A partir de esa premisa, defendió la necesidad de superar visiones estereotipadas desde un enfoque humanista, académico y cultural. El FIMAM es un foro académico independiente que reúne anualmente a investigadores especializados en el mundo árabe y musulmán. En esta edición, celebrada en la Universidad de Valencia, participaron decenas de expertos en historia, sociología, ciencias políticas, relaciones internacionales y estudios culturales, en un espacio de reflexión crítica, diálogo y diversidad de pensamiento. Su mensaje, centrado en el conocimiento mutuo y la diplomacia cultural, ha cruzado fronteras y ha sido recibido con interés al otro lado del Estrecho.








