El expresidente del Gobierno José María Aznar ha arremetido contra los criterios aplicados por el Ejecutivo central en el reparto de menores extranjeros no acompañados (MENA), asegurando que se están tomando decisiones “en función de cuestiones de interés político” y no bajo parámetros objetivos ni solidarios. Así lo manifestó durante su visita institucional a Melilla, ciudad a la que acudió este miércoles 10 de abril como parte de una gira en la que reivindica la “recuperación de la confianza en España, empezando desde Melilla”.
En declaraciones a los medios locales, Aznar expresó su preocupación ante la falta de transparencia en el proceso de redistribución de estos menores entre comunidades autónomas. “Da la sensación de que existen unos criterios políticos de reparto que no son los más adecuados, en donde se beneficia a unos o se discrimina a otros en función de cuestiones de interés político. Eso no es aceptable cuando estamos hablando de estas cuestiones”, afirmó tajantemente.
Las palabras del expresidente llegan en un momento clave, justo el día en que el Congreso de los Diputados convalidó el real decreto ley aprobado por el Gobierno central que regula la reubicación de menores migrantes no acompañados, un instrumento legal que busca aliviar la presión que soportan los territorios más saturados, entre ellos Canarias, Ceuta y Melilla.
Aznar contextualizó sus declaraciones recordando que, días antes, había visitado un centro de acogida en Gran Canaria, donde pudo constatar de primera mano la situación de estos menores. No obstante, reconoció que no conocía “exactamente los términos” en los que se aplicará esta reubicación, aunque sí mostró su malestar ante lo que considera un uso político de un tema que, según defendió, debe abordarse desde el consenso y con criterios objetivos.
Melilla, ciudad desbordada
Melilla es, desde hace años, una de las zonas más afectadas por la llegada de menores migrantes solos. Su infraestructura de acogida se encuentra al límite de su capacidad y las instituciones locales han solicitado en numerosas ocasiones quedar fuera del reparto estatal de menores, dado que ya actúan como territorio receptor primario. Esta presión constante ha generado una fuerte respuesta institucional y política desde la ciudad.
En este contexto, el Partido Popular de Melilla ha manifestado su rotundo rechazo al reparto de menores propuesto por el Gobierno. Tal como publicó recientemente El Faro de Melilla, los populares han exigido a la delegada del Gobierno que defienda los intereses de los melillenses y que rechace públicamente el plan de reubicación. Desde el partido se sostiene que la ciudad no puede asumir más carga migratoria y que necesita más recursos y apoyo institucional en lugar de nuevas responsabilidades.
Visita con mensaje político
La visita de José María Aznar a Melilla no fue solo una escala más en su agenda. En sus intervenciones públicas, el expresidente puso a la ciudad como ejemplo del “olvido” institucional al que, en su opinión, ha sido sometida por parte del Ejecutivo actual. “Hay que recuperar la confianza en España, y eso empieza por territorios como Melilla, que han sido olvidados y castigados”, declaró ante la prensa, dejando claro su respaldo a las demandas históricas de la ciudad autónoma en materia de inmigración, seguridad y financiación.
Aznar no solo abordó el asunto migratorio, sino que aprovechó la ocasión para lanzar un mensaje de unidad nacional y reivindicación del papel estratégico de Melilla en el proyecto común de España. “Lo que se hace en Melilla repercute en todo el país. Esta ciudad no puede ser un punto ciego de las políticas nacionales”, subrayó.
Con sus declaraciones, Aznar se suma a la corriente crítica encabezada por el Partido Popular contra la política migratoria del Gobierno. Las acusaciones de improvisación, falta de equidad y decisiones interesadas marcan una nueva etapa de confrontación en un asunto extremadamente sensible, que pone en juego la convivencia, los recursos públicos y los derechos de menores en situación de vulnerabilidad.
La polémica sobre el reparto de los mena continúa encendida, y las palabras del expresidente no hacen sino avivar el debate sobre la gestión migratoria en España y, especialmente, sobre el papel que debe jugar una ciudad frontera como Melilla.