Talleres ocupacionales, charlas informativas sobre salud, celebración de fiestas cristianas y ayuda económica son algunas de las actividades que emprende esta asociación.
Los ángeles de la guarda están entre nosotros, y no es que hayan bajado desde el cielo, sino que son personas de carne y huesos que están a nuestro alrededor, como es el caso de Voluntariado Cristiano de Prisiones de Melilla. La presidenta de la asociación, María José Vicente de los Reyes, explicó a ‘El Faro’ las actividades que desarrollan y su función en el Centro Penitenciario.
“Somo un grupo de cristianos que colaboramos con la capellanía de la cárcel y atendemos a los internos y la familia de los internos”, informó Vicente.
A quién y cómo atienden
Este grupo de voluntarios atiende de forma personalizada a todos los presos sin tener en cuenta su procedencia, religión, sexo o cultura. “Todo aquel que quiera nuestra ayuda y atención la tiene”, aseguró la presidenta de la asociación.
Su labor consiste en acompañar en ese momento de soledad a las personas que están encerradas, por lo que Vicente aseguró que al faltarles lo más importante que es la libertad, este grupo de cristianos actúan como una fuente de comunicación con el exterior, y les llevan noticias sobre su familia.
“Ellos están en contacto con el exterior a través nuestra y es como una válvula de escape ya que están siempre haciendo lo mismo y las mismas actividades”, matizó en declaraciones a ‘El Faro’.
Actividades que desarrollan
Durante todo el año se realizan actuaciones con los interno pero en fechas concretas se organizan actividades puntuales y muy intensas, como es el caso de la Navidad, la Semana Santa o en la Merced.
Actualmente, hay un taller de lana que se puso en marcha con las mujeres internas, pero ante el gran número de personas que presentan habilidades para realizar manualidades, una de las principales acciones del voluntariado es fomentar su desarrollo y costearlas. Éste es el caso de los internos que realizan unos barcos con palillos, a otros que les gusta hacer pulseras y se les proporcionan los hilos o el pasado año, que se realizaron una casas, por lo que el voluntariado compra todo el material y los enseres que precisan para realizar estas actividades.
“A parte, organizamos un taller de lectura, cursos de primeros auxilios y de promoción para la salud que es muy interesante para ellos, como por ejemplo hablarles sobre las enfermedades de transmisión sexual, sobre las drogas, la higiene cotidiana y cómo prevenir infecciones y enfermedades, en general, de hábitos saludables”, indicó Vicente. Otros grupos de internos acuden a catequesis.
Situación límite
En el Centro Penitenciario se celebran todas las fiestas religiosas que haya en el año, por ejemplo en la Navidad una cena o en Reyes Magos se organizan actividades para los hijos de los internos. Así, todo los ingresos que durante estos meses se consigan, como los obtenidos en la V Muestra Intercultural organizada por la Consejería de Bienestar Social y Sanidad, será para comprar juguetes para los hijos de las personas presas.
Además, se les hace un regalo de Navidad a los propios presos, ya que una vez que entran en el centro la familia no se hace cargo de ellos y muchos no tienen medios económicos, por lo que el voluntariado les ingresa un dinero en el pecurio, unos doce euros, “que no es mucho pero sí lo suficiente para costear una llamada de teléfono o si quieren escribir una carta”, remarcó la presidenta de la asociación.
“Nosotros estamos para situaciones muy límite y para los que no tienen nada, evidentemente para los que tienen no somos de gran ayuda porque nosotros lo que hacemos es acompañamiento personal, alivio, escucha y talleres ocupacionales”, informó Vicente.
Por otro lado y ha disposición de los internos, esta asociación cuenta con dos pisos de acogida, uno para mujeres y otro para hombres. Gracias a esto s lugares, los internos que no tienen familia en Melilla pueden disfrutar de un tercer grado y de un permiso de unos días, ya que si no tienen un domicilio cercano donde ir no podrían salir del centro.
Voluntarios y colaboradores
Alrededor de catorce personas colaboran en esta asociación, algunos con labores directa en el centro penitenciario y otros no. Acciones indirectas como la gestión del banco de alimentos, es una de ellas en la que se necesita mucho trabajo, ya que hay muchas familias pendientes de este servicio comunitario.
Pero también hay colaboradores, tal y como explicó Vicente, “que no son voluntarios pero cuando llegan momentos puntuales pues echan una mano, como el oncólogo del hospital Comarcal que en la fiesta de la Merced, a petición del Voluntariado, dio una charla sobre la prevención del cáncer en general, conductas que pueden favorecer su aparición y aquellas acciones que ayudan a prevenirlo”.
Otros colaboradores son los profesores de lengua de un instituto de la ciudad que escribieron una obra de teatro para los internos. Una pieza que se ensayó a diario con los voluntarios de esta asociación durante todo el verano y que una vez a la semana recibía las directrices de sus autores. Esta obra fue representada por la Merced, según aclaró la presidenta de la asociación.
“Ellos no son voluntarios directos pero cuando los hemos necesitado han estado ahí, y esto mismo nos pasa con mucha gente y siempre obtenemos respuesta”, afirmó Vicente.
Para contactar con esta asociación y colaborar con ellos se pueden acercar a la iglesia del Sagrado Corazón y preguntar por su labor, en los pisos de acogida que están en el barrio de la Victoria, en el propio Centro Penitenciario de Melilla y también en las reuniónes todos los viernes primeros de mes realizan en el salón de Cáritas, además de en el teléfono 627 500 886.