El Consejo de Administración de Televisión Melilla está de los nervios. Una pandilla de niños ha irrumpido en el plató de la emisora y, literalmente, ha echado a los trabajadores suplantándoles en sus menesteres; es decir, se han convertido en los gestores del medio de comunicación. El Juzgado de lo Social investiga los hechos por cuanto es la primera vez en la historia de todas las televisiones que un grupo de niños desaloja a profesionales de la comunicación y ocupa sus puestos de trabajo.Ha ocurrido este fin de semana bajo la estupefacción de los responsables de Inmusa.
Accedieron a Tele Melilla sigilosamente, por las abruptas escaleras del Conservatorio Profesional de Música. En el interior de los estudios, amordazaron a los responsables de Continuidad para irrumpir en el plató. Cámaras, técnicos, redactores y coordinadores fueron conducidos y encerrados en estancias interiores. Sus vidas no corrieron peligro en ningún momento porque el grupo de niños no iba armado. No obstante, el pánico derivado de la invasión y posterior retención de plantilla era evidente y alguna de las compañeras entró en estado de paroxismo.
Bueno, la crónica policial no da para mucho más. El caso es que Televisión Melilla está grabando algunos pasajes de su programación navideña y sus verdaderos protagonistas son chavales y chavalas que se convierten en Fadela Mohatar, Pepe Oña y demás comunicadores. Zacarías –gran espanto–, los hermanos Jiménez, muchos son los autores de semejante tropelía. Y, además, son entusiastas, porque vivieron la suplantación de profesionales emocionados, como si el medio les fuera accesible, como si lo supieran de memoria, componiendo unas entrañables imágenes que, al margen de desternillar a los verdaderos currantes, llenaron de cariño, soltura e imaginación las viejas paredes del local de la calle de Miguel Zazo, antes colegio de monjas del Servicio Doméstico.
Alguno necesitó un potito antes de seguir grabando con su cámara, otro se reía hasta de sí mismo y alguna demostró que de casta le viene al galgo, como la preciosa hija de Fadela y Tahar. La plantilla andaba como loca viendo las evoluciones espontáneas de estas criaturas y la facilidad de ofrecer una crónica puntual sin ápice alguno de comezón o nerviosismo ante la cámara. El director gerente de TVM, el señor Medina, debería plantearse un relevo más que necesario, a medio plazo, cuidado, de sus equipos de realización grabación y periodismo. Esta gente viene arreando con ganas.
Deportes, Informativos, Viva la Vida, Toros, Doña Adriana... todos los espacios de plató fueron invadidos por este grupo subversivo.
Hablando de subversivos, Moti y Zacarías son los primeros imputados en este presunto delito de invasión innecesaria. Hermosa y gratificante experiencia: la empresa abre sus puertas y, a través de ellas, accede la infancia, el entusiasmo y la Navidad. Por cierto, desde el encierro a mano de los niños televisivos, les deseamos Feliz Navidad.