La Consejería de Bienestar Social hizo ayer una valoración sobre el trabajo realizado por la iniciativa de Educadores de Calle, destinada a a la protección de los menores extranjeros no acompañados que en situación de riesgo se encuentran en las calles de Melilla.
Según expuso el consejero del área, Daniel Ventura, durante el pasado 2018 se procedió a la atención de más de 5.000 niños y casi 1.500 adultos. Los meses de noviembre y diciembre fueron los más atareados para los equipos de educadores, 1.555 y 1.094 intervenciones respectivamente.
La cantidad de menores en las calles oscila, según el departamento de Ventura, entre 85 y 100 niños. La labor de los equipos de atención también se orienta a los que si se encuentran en los centros de acogida de las Ciudad Autónoma, para evitar que los abandonen.
La iniciativa, que lleva varios en vigor, está desarrollando un buen trabajo en el cuidado de los menas y de otras personas que no tienen hogar. Un trabajo complicado que a veces no recibe el reconocimiento que merece pero imprescindible para la protección de estas personas.