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data-original-string="verZ/BEKbHiN3nJzafsJRg==5fapzX+N5NSuVQHvyBA2eyQJ103KPbFHNFh+D76ov/yuJ0=" class="apbct-email-encoder" title="Este contacto ha sido codificado por Anti-Spam by CleanTalk. Haz clic para decodificar. Para finalizar la decodificación, asegúrate de que JavaScript está activado en tu navegador."> an*******@po*****.es
ha recibido durante el pasado 2018 más de 40 informaciones diarias relacionadas con la lucha contra el tráfico de drogas. La eficacia de esta herramienta de colaboración ciudadana ha aumentado con la recepción de 15.000 emails, 5.000 más que en el año anterior, todos ellos analizados minuciosamente por especialistas de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional. Desde su puesta en marcha en el año 2012, son más de 68.000 las informaciones recibidas y que han permitido descubrir puntos negros de venta de drogas, iniciar investigaciones sobre narcotraficantes, aprehender plantaciones de marihuana o localizar locales de ocio donde se distribuían sustancias estupefacientes.
La Dirección General de la Policía prioriza la colaboración ciudadana y lo considera un elemento esencial en la lucha contra la delincuencia. El Grupo de Redes Sociales de la Policía Nacional envía de forma reiterada tuits y post solicitando la colaboración ciudadana a través de sus redes (@policía en Twitter, y @policianacional en Facebook e Instagram). Gracias a esta iniciativa, la recepción de emails ha aumentado considerablemente hasta el extremo de recibir casi dos informaciones a la hora. Una vez que los correos son analizados, la información es utilizada con una doble finalidad, por un lado la de posibilitar que los ciudadanos colaboren en la lucha contra el tráfico de drogas y por otro la descentralización de la información, redistribuyéndola a todas las correspondientes Jefaturas Superiores para que cada caso sea investigado desde la unidad correspondiente.
Gracias a la información facilitada los agentes han conseguido realizar importantes operaciones contra la droga. Por ejemplo en 2013, en la operación pieles, se aprehendieron 277 kilogramos de cocaína en el puerto de Barcelona. En 2015 se incautaron cinco toneladas de hachís en la operación Costa-Bahía-Jafar, en otra operación denominada Cora y realizada en 2016 se intervinieron 429 kilogramos de cocaína y se desarticuló una organización de venta de drogas en Internet. En 2017, otros 552 kilos de cocaína fueron aprehendidos, en su mayoría en el puerto de Valencia, en la operación Sebastián también iniciada gracias a la colaboración ciudadana y en 2018, se desarticuló en la operación Lima una organización de narcotraficantes que culminó con la detención de cinco personas y 7.600 gramos de cocaína.
Operación contra el narcotráfico
Tras una información, los agentes han llevado a cabo una operación contra el narcotráfico en Aragón que ha permitido el arresto de 21 personas pertenecientes a una trama con conexiones internacionales con el norte de Europa. El pasado 20 de enero se realizó la última fase de una operación contra la venta de speed, éxtasis y LSD en la que se han realizado un total de 13 registros domiciliarios, logrando la incautación de más de 8 kilos de speed, casi 3.500 pastillas de éxtasis, cerca de 12 kilos de marihuana en cogollos y 353 unidades de LSD, entre otras drogas. Entre los detenidos figuran los tres cabecillas de la organización que dirigían tres células con sede en Huesca capital, en la localidad zaragozana de Zuera y en el barrio rural de Movera (Zaragoza).
Esta investigación comenzó en noviembre de 2017 y se ha realizado en diferentes fases hasta conseguir la desarticulación total del grupo de narcotraficantes. Con las primeras pesquisas se averiguó que los tres dirigentes contaban con una amplia red de colaboradores que ejercían funciones de transporte, almacenaje y distribución de la droga. Principalmente vendían speed, éxtasis y LSD pero, desde los puntos de venta, también se distribuían otro tipo de estupefacientes como hachís, cristal, cocaína, ketamina, marihuana y setas alucinógenas.
‘Cocinero’ de speed en Movera
Avanzada la investigación descubrieron que el cabecilla asentado en el barrio rural de Movera (Zaragoza) era la vía de contacto con los suministradores del norte de Europa. Esta persona contaba con medidas de seguridad para dificultar la acción policial y se rodeaba de hombres de confianza para llevar a cabo la actividad delictiva. Además los investigadores averiguaron que disponía de un laboratorio químico de producción de speed oculto en un huerto a tan solo un kilómetro de su domicilio. Él mismo era quien fabricaba la droga a partir de aceite base y otros precursores, aunque también la elaboraba utilizando productos no fiscalizados y disponibles en el mercado legal como la sosa caústica. Durante el registro realizado en dicho laboratorio se incautaron de tres litros de aceite base y un recetario para fabricar sulfato de metanfetamina (cristal) y sulfato de anfetamina (speed) con anotaciones manuscritas para mejorar el producto final.
Otras pesquisas llevaron a los agentes a descubrir un trastero ubicado en el centro de Zaragoza utilizado por dicho dirigente como punto de venta. En el registro que se realizó se aprehendieron 1.675 gramos de sulfato de speed, 812 pastillas de éxtasis, 20 gramos de setas alucinógenas, 15 gramos de cristal, 343 unidades de LSD y 2,5 gramos de cocaína. Durante el registro practicado en el trastero, los policías hallaron una bolsa de deporte con un “kit de secuestro”. Dicho kit constaba de una pistola detonadora, un arma de descarga eléctrica, un puño americano, una cizalla un martillo, un bastón de hierro, bridas y guantes.
Los agentes intervinieron además un vehículo caleteado que la organización utilizaba para transportar droga por la geografía española, escondido en los compartimentos ocultos que habían habilitado en el coche. En estas caletas el cabecilla tenía ocultos 33 paquetes de marihuana, con un peso total de más de 10 kilos en cogollos, que además habían sido envasados al vacío para tratar así de dificultar su detección ante un posible control policial.
Dormía en un parque de Zuera
Las investigadores contaron con una mayor dificultad para localizar al cabecilla que operaba en la localidad Zaragozana de Zuera. Su obsesión por detectar un posible seguimiento policial le llevaba a dormir en un parque, a utilizar a su madre para ponerse en comunicación con sus contactos, o a ocultar la droga en sus cavidades corporales. Además, disponía de diferentes lugares en los que almacenar su mercancía: una finca rústica, una habitación alquilada y las propias viviendas de otros miembros de la organización. En estos registros los agentes se incautaron de 1.115 gramos de speed, 1.200 pastillas de éxtasis, 40 gramos de hachís, 5,8 gramos de cocaína y tres pistolas de fogueo. Gracias a estas inspecciones los agentes localizaron en Zaragoza otro domicilio de uno de los principales colaboradores donde hallaron una pistola procedente del mercado negro, 1.418 gramos de speed, 800 pastillas de éxtasis, 93 gramos de hachís y 796 gramos de ácido bórico.
En otra fase de la investigación averiguaron que la organización, que tenía una gran fluidez de ventas, precisaba de diversas fuentes de donde obtener el material además del procedente de Europa y del fabricado en su propio laboratorio. Por ello contaban con suministradores repartidos por todo el territorio nacional que les permitían no frenar el ritmo de negocio. Gracias a estas investigaciones, los agentes interceptaron un coche en un peaje y detuvieron a uno de los miembros de la organización cuando trasportaba un pedido de tres kilos de speed. Esta intervención llevó los agentes a localizar y detener al último de los cabecillas de esta organización en Huesca, interviniendo una amplia variedad de estupefaciente durante el registro practicado en su vivienda.
Fase final de la investigación
La última fase de la investigación se ha realizado el pasado 20 de enero en la ciudad de Huesca. En esta última intervención los agentes detuvieron a tres implicados, encargados de distribuir en esta ciudad la droga que obtenían de uno de los cabecillas. En dicho registro los investigadores intervinieron sustancia estupefaciente, sustancias de corte y abundante material para manipular la droga y preparar las dosis para la venta directa. Los agentes también localizaron una caja fuerte en cuyo interior uno de los detenidos guardaba 20.000 euros en efectivo