A punto de finalizar en nuestra ciudad la vigésimo sexta edición de las Jornadas de Jazz 'Juan Claudio Cifuentes', El Faro ha charlado con Ángel Castro, motor impulsor de este evento musical.
Como en años anteriores, ha habido jazz en la calle, exposición de fotografías, cenas con jazz, sesiones de jazz didáctico, e incluso la presencia del aclamado pianista cubano Alfredo Rodríguez. Sobre estos y otros pormenores versó la conversación con el también director de la UNED Melilla.
-Las jornadas han cumplido 26 años ya. ¿Cómo ha sido la evolución del proyecto?
-Nunca pensamos que fuéramos a llegar hasta aquí. Baste decirte que cuando hicimos la primera no nos atrevimos a llamarla primera, por si acaso no había segunda. Hemos ganado mucho. A partir de los 10 años hubo una contribución decisiva cuando logramos la ayuda del Patronato de Turismo, primero con 12 mil euros anuales y después con 15 mil, que es en lo que actualmente estamos, aunque ahora esa función la hace la Consejería de Cultura. Eso nos da una tranquilidad, porque sabemos que tenemos ahí un fijo con el que empezar a pensar.
Este no es un festival de jazz como los que se hacen en toda España; le hemos llamado jornadas sobre jazz porque estamos en una universidad y además de la muestra musical nos preocupa la reflexión sobre el asunto del jazz, y hacer otras manifestaciones artísticas y culturales relacionadas con él como exposiciones, ciclos de conferencias, cine con jazz, clases magistrales... Por eso no le hemos puesto Festival de Jazz de la UNED de Melilla, sino Jornadas sobre Jazz.
Y el otro elemento que nos ayudó mucho fue el máximo exponente del periodismo español especializado en jazz, Juan Claudio Cifuentes, quien murió en 2019. Él nos ayudó desde el primer momento, y por eso las jornadas llevan su nombre.
-¿A qué le achaca el éxito y la permanencia en el tiempo de las Jornadas?
-Podría decirte que se debe al trabajo bien hecho y la humildad y demás, pero es cierto que hay un componente de suerte, de la fecha... Ha durado 26 años porque es en febrero (aunque el año pasado la pandemia obligó a posponerlo para septiembre), porque en esta ciudad la música en directo siempre es un plus, porque los conciertos son gratuitos, porque solo nos dedicábamos a formaciones nacionales de jazz (antes no podíamos pero ahora hemos conseguido traer a músicos extranjeros)...
-¿Y cómo ve el futuro del proyecto?
-Quisiéramos que las Jornadas de Jazz duraran siempre aunque nosotros no vayamos a estar siempre. Esperemos que detrás de nosotros vengan otros que las mantengan. ¿Que las quieran cambiar de fecha y de sitio? Vale. Pero que no se pierda esta inercia de 26 años llenando las 200 butacas de la UNED en los conciertos.
-¿Tendrá continuidad la presencia de artistas de talla internacional?
-Este año tuvimos a Alfredo Rodríguez, un tremendo pianista cubano que fue descubierto en 2006 por Quincy Jones y ha llenado plazas en todo el mundo. Tuvimos la suerte de traerlo a muy buen precio. Si nos salen oportunidades como esta no lo dudaremos. Pero nuestra fuerza está en las formaciones nacionales.
¿Cómo valora la aceptación del jazz por el público melillense?
-Como decía Cifuentes, el músico de jazz es el que busca la eternidad en un instante, buscando una improvisación magnífica. Hace años yo creía que el jazz era una música demasiado selectiva, de poca gente y con mucho humo. Pero al público de Melilla le gusta el jazz porque lo demostró desde el primer día, y 26 años después sigue llenando esta sala.
¿Cómo reciben los niños la parte dedicada al jazz didáctico?
-Perfectamente. En los primeros tiempos íbamos a los colegios y buscábamos a la gente de secundaria. Pero luego vimos que con los de primaria el resultado era igual o mejor. Con el concierto didáctico lo que buscamos es la cantera. Este año hemos usado una fórmula mejor que la de ir por los colegios, y es que los niños vengan aquí. Es una actividad muy gratificante, y a partir de ahora la haremos así.
-Hay ciudades en las que el jazz es un reclamo turístico. ¿No sé si se lo habrán planteado en ese sentido?
-El anterior consejero de Turismo apostaba por eso. Lo que pasa es que es tan caro venir a Melilla que hemos tenido pocos turistas. De momento no está en nuestro plan: estamos en la UNED de Melilla y tenemos lo que tenemos. Para eso hace falta un dinero del que no disponemos. Para eso tendríamos que cobrar las entradas o llenar un sitio más grande. Hoy por hoy no podemos, pero no nos negaríamos a negociar con quien fuera.
-¿Algo más?
-Mencionar la ayuda que nos prestan la Consejería del Mayor y Televisión Melilla, además del acuerdo que hay desde hace años con la Escuela de Arte Miguel Marmolejos, cuyos estudiantes de fotografía vienen y posteriormente hacen exposiciones. Espero que sigamos contando con el apoyo institucional que tenemos. Y otra cosa: para que esto continúe tenemos que trascender el voluntarismo y profesionalizarlo.