El proyecto Nereidas es pionero a nivel internacional en reducción de los niveles de CO2.
Las aguas de mar de Melilla contarán con dos aliados para intentar reducir la contaminación atmosférica y el CO2 que la provoca. Se trata de dos elementos de la ciudad, dos especies de algas autóctonas que llevan los curiosos nombre de Cymodocea Nodosa y Ellisolandia Elongata. La plantación y proliferación de estas variedades de plantas marinas servirá para reducir la polución en la ciudad.
La presentación de este proyecto, que ha sido financiado en un 50% por la Unión Europea (UE), tuvo lugar ayer en la Autoridad Portuaria de la mano del presidente del organismo, Miguel Marín. El dirigente señaló que se trata de una experiencia “piloto” y es una iniciativa “pionera” a escala internacional a la hora de eliminar contaminación. El coste total de esta iniciativa es de 1.822.000 euros.
Zonas y fases
“El proyecto Nereidas capta CO2 de forma natural, usando el mar, que es el elemento predominante en el planeta”, apuntó el presidente del ente, que añadió que de las dos especies que se utilizan, una se encuentra en el mar, concretamente se implantará en la zona del puerto deportivo, mientras que la otra es de entorno rocoso, por lo que se localizará en las zonas cercanas a Horcas Coloradas.
Además, el dirigente del organismo apuntó que este programa natural está dirigido a “hacer sostenible las infraestructuras y el desarrollo del puerto”.
Este proyecto ha contado con cinco fases para su puesta en marcha, y éstas pasan por el trabajo de un equipo de especialistas que localizaron las especies más adecuadas para su cultivo y otro grupo que estudió el lugar para la implantación de estos vegetales marinos.
Posteriormente entró en juego un conjunto de expertos en diseñar los moldes para el cultivo y la proliferación de estas especies, que más tarde fueron implantadas en zonas naturales de la ciudad. Además, el programa cuenta con un equipo para la detección de riesgos tempranos, que realiza labores de medición de los elementos del agua como el cloro o el pH.
Por último, un grupo de especialistas intentará dar difusión a esta experiencia que es única en el mundo y se está realizando en la ciudad, para que se pueda llevar a otros rincones, dado que, según Marín, todo el Mediterráneo es un potencial espacio para que actúen estas algas.