De poco ha servido que el Juzgado de Instrucción Número dos de Melilla admita a trámite la denuncia de tres ONGs
que el pasado 18 de junio grabaron imágenes en las que se ve cómo gendarmes marroquíes apalean a inmigrantes que permanecen subidos a la valla de Melilla para obligarlos a bajar y regresar a Marruecos. También puede apreciarse cómo los agentes de la Guardia Civil, cumpliendo órdenes de sus superiores, permanecen impasibles.
Ayer estos lamentables hechos volvieron a repetirse en Melilla. Las cámaras de los periodistas que consiguen acercarse a la valla, pese a los impedimentos de la Benemérita, volvieron a grabar una situación similar a la del 18 de junio pasado: Dos ‘mejanis’ agreden con palos a los inmigrantes agarrados a la alambrada mientras un par de GRS intentan, desde una escalera, que los subsaharianos desciendan de la valla.
Con toda probabilidad esas imágenes ilustrarán hoy muchas portadas de periódicos de este país. Con casi total certeza, el nombre de Melilla volverá a aparecer en la prensa nacional e internacional junto a una imagen en la que se ve cómo en la frontera sur de Europa se vulneran los derechos humanos.
Ayer mismo Amnistía Internacional denunciaba la expulsión ilegal de los más de 70 inmigrantes que permanecieron hasta 16 horas encaramados el miércoles pasado a la valla de Melilla.
Volvemos a estar en el ojo del huracán. Marruecos esta vez sí ha colaborado y de qué manera. Su actuación nos coloca a la altura de un país que es criticado por vulnerar los derechos humanos.
Pero la tormenta no tiene visos de amainar. Ayer el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró en Pontevedra que espera que la presidencia italiana de la Unión Europea sirva para dar una respuesta “contundente” a la inmigración irregular.
Aún así, dudamos que el presidente se refiera a la contundencia utilizada ayer por ‘mejanis’ en la valla de Melilla.
Desde AUGC insisten en que, como asociación mayoritaria dentro de la Guardia Civil, proporcionarán defensa jurídica a los guardias que intervinieron en el asalto a la valla del pasado 18 de junio. La organización sigue exigiendo un protocolo de actuación en la alambrada para que no terminen pagando justos por pecadores.