La Fundación Ana Bella impartió ayer un taller a 30 víctimas de malos tratos de la ciudad.
La Fundación Ana Bella organizó ayer un curso para víctimas de malos tratos de Melilla. Un grupo de 30 mujeres se reunió para compartir su experiencia y ver que no están solas, que nadie se ha olvidado de ellas y que pueden salir adelante por sus propios medios. Tras compartir una mañana de vivencias, decidieron crear una asociación de mujeres “supervivientes” de la violencia de género. Así lo aseguró la creadora de la fundación, Ana Bella Estévez, a El Faro de Melilla. Estévez, junto a María Jesús Ezquerra, componente de la ONG, ofrecieron su testimonio al grupo para que comprendan que “ellas no hicieron nada malo” y que “no son víctimas, sino supervivientes de una violencia machista”. En lugar de ofrecerles técnicas, les muestran las historias de miles de mujeres que rehacen su vida sin golpes ni gritos a sus espaldas.
La fundadora de esta ONG destacó que es importante que las mujeres maltratadas dejen de verse a sí mismas como víctimas. La idea es que ganen confianza, que conozcan las historias de otras que superaron los malos tratos y que tienen ahora un trabajo e incluso han creado empresas.
Estévez explicó que surgieron otras dos iniciativas tras estas charlas, como son la fundación de una empresa de diseño de modas y otra de alimentos. Afirmó que las mujeres que han sufrido la violencia machista deben aprovechar todo su potencial para lograr sus sueños.
Uno de los aspectos que más le llamó la atención de las mujeres de Melilla fue su capacidad para sonreír. Aseguró que no en todos los cursos que ofrece la fundación en España se cuenta con esa voluntad de darle la vuelta a la situación y de afrontar con optimismo el futuro. Destacó que hubo momentos muy emotivos en este taller, pero a la vez, las melillenses consiguieron hacer bromas y sacar su lado más positivo.
Agentes de cambio
Estévez sufrió los malos tratos y ahora dedica su esfuerzo a ayudar a mujeres que están en su misma situación. Señala que hay que tener mucho coraje, fuerza y valentía para vivir con una persona que te agrede a diario. Por eso, afirma que las mujeres “supervivientes de la violencia machista” tienen unas cualidades que pueden aplicar a otros aspectos de su vida, como el laboral, en lugar de aguantar las palizas y los gritos de su pareja. Resalta que tienen una gran capacidad para reponerse a los fracasos y para trabajar bajo presión.
Este curso fue el primer encuentro en Melilla de mujeres “supervivientes” de malos tratos. Nunca antes se habían reunido para compartir sus experiencias. El objetivo ahora es que se formen redes que permitan a las mujeres ayudarse unas a otras, con una asociación o con otro tipo de actividades. Estévez destacó en este taller que no pueden esperar a que la Administración les resuelva su caso, sino que deben ser ellas las que cambien su vida y todo lo que les rodea para poder tener un futuro sin miedos ni violencia. Les animó a cumplir sus sueños.