El coronel Jarne San Martín asegura que es un orgullo que les hayan concedido la Medalla de Oro.
El coronel José Antonio Jarne San Martín del Regimiento de Ingenieros de Melilla número ocho mostró ayer una gran satisfacción al conocer que el Pleno había otorgado la Medalla de Oro de la ciudad a esta unidad del Ejército. “Agradecemos al pueblo de Melilla por acordarse de los ingenieros y concedernos esta condecoración”, aseguró a El Faro. Añadió que era un orgullo contar con este galardón, el máximo que otorga la ciudad.
“Se la dedicamos, sobre todo, a los ingenieros pasados”, afirmó Jarne San Martín. Explicó que desde que Pedro de Estopiñán llegó a Melilla en 1497, este tipo de soldados están en la ciudad. Fueron aquellos hombres que aún no se consideraban ingenieros los que construyeron las primeras empalizadas en estas tierras. Con el paso de los años llegaron las fortificaciones e incluso, han participado en el diseño y edificación de algunas partes de la zona modernista del centro de Melilla.
“En absoluto es mérito de los que estamos ahora, sino de los ingenieros que han pasado por Melilla en los últimos 500 años”, aseveró.
Jarne San Martín señaló que las tropas recibieron con gran ilusión la noticia de que este regimiento estaba propuesto para recibir la Medalla de Oro. Apuntó que los ingenieros suelen trabajar en segundos planos y nunca piden ningún reconocimiento.
Este coronel resaltó que el Regimiento de Ingenieros ha estado siempre al servicio de Melilla y de sus ciudadanos. Señaló, por ejemplo, que han prestado su ayuda cada vez que se ha producido una catástrofe, desde las riadas por la gota fría a la asistencia de las víctimas del accidente de avión que se produjo en Tres Forcas. El hecho de que esta unidad cuente con maquinaria de obras públicas permitió echar una mano a los melillenses en más de una ocasión.