En Melilla sólo hay cinco familias de acogidas registradas. Este número es muy pequeño si se tiene en cuenta el gran número de niños de corta edad que hay en los centros de la ciudad, como la Gota de Leche o la Purísima. La consejera de Bienestar Social y Sanidad, María Antonia Garbín, aseguró que es necesario que más familias se sumen a este tipo de proyectos.
Los niños se desarrollan mejor en un hogar que en un centro de acogida por muy bien que se les cuide, añadió. Aunque explicó que se debe tener en cuenta que el régimen de acogida impide la adopción de este menor a la familia.
Garbín indicó que se utiliza este régimen en los casos de menores que no pueden vivir con sus padres porque están en la cárcel o tienen problemas sociales que les impiden cuidar de ellos. Este pequeño vive con una familia de acogida durante un tiempo limitado.
En cuanto a las adopciones de menores, la consejera señaló que este año están corriendo las listas. En los siete primeros meses de 2013 se han producido seis adopciones, en su mayoría de bebés que han sido abandonados por sus padres.
Un caso excepcional son los menores inmigrantes que llegan a Melilla con adultos que no son sus familiares. Cuando se les abandona, la Administración intenta localizar a los padres. Por ese motivo, el proceso para adoptar a estos bebés es más complejo que con otros niños.