El Campus de la UGR analiza las conductas altruistas y agresivas en un curso organizado con la colaboración del Colegio Oficial de Psicólogos y la Guardia Civil.
La UGR y el Colegio Oficial de Psicólogos organizaron ayer unas jornadas sobre ‘Conducta altruista y agresiva’, en la que colaboró la Guardia Civil. Intervino en este curso el profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, Fernando Chacón, que analizó el caso de Kitty Genovese, una joven que fue asesinada ante 38 testigos que no hicieron nada por evitarlo. Este experto aseguró a El Faro que la sociedad debe ser menos indiferente y ponerse en la piel del otro cuando una persona se encuentra en una situación de emergencia. Chacón destacó una frase de Martin Luther King que aseguraba que lo negativo en el mundo no está sólo provocado por los pocos que hacen las cosas mal, sino por los muchos que no hacen nada por evitarlo.
–¿Qué tiene de especial el caso de Kitty Genovese?
–Es una caso llamativo. Kitty era una chica que llegó por la noche a su casa, aparcó el coche y en ese momento, fue atacada por una persona que la asaltó. Empezó a chillar y algunos vecinos se dieron cuenta, pero no hicieron nada. El asesino huyó, pero como nadie intervino, volvió y la mató. Trascurrieron 35 minutos entre el primer y el segundo ataque. Los psicólogos empezaron a investigarlo para saber por qué la gente no ayudaba en situaciones de emergencia. Hubo 38 personas que lo presenciaron y nadie hizo nada.
–¿Es frecuente este tipo de actitudes?
–Sí, son frecuentes. Todos tenemos en la memoria noticias de una situación en la que varios testigos podían haber ayudado a alguien, pero no lo hicieron, por ejemplo, un caso que se dio en el metro de Barcelona, donde un chico pegaba a una mujer ante varios testigos que no intervinieron. Esto es frecuente y habitual. Pero al mismo tiempo contrasta con situaciones en las que ocurre todo lo contrario, es decir, que una persona pone en riesgo su vida e incluso la llega a perder para salvar al otro. Analizamos lo que ocurre para que unas veces nos comportemos como héroes y otras, no actuemos.
–¿Influye el miedo?
–En el caso de Kitty Genovese no, porque lo único que se tendrían que haber hecho es llamar a la Policía. No se tenían que involucrar. Hay veces que está el miedo presente, pero en otras ocasiones son otros los factores, como por ejemplo, la difusión de la responsabilidad. Si estoy yo solo ante una persona que está en una situación de emergencia, toda la responsabilidad esta sobre mí. Si no ayudo, la persona que está en peligro muere. Sin embargo, si hay muchos testigos, la situación de responsabilidad se difumina y no ayuda nadie. Este efecto que se llama ‘del espectador’ y ocurre incluso cuando no es una situación de peligro, como cuando se cae alguien al suelo y nadie que pasa a su alrededor le ayuda.
–¿Hay personas agresivas y otras altruistas o depende de la situación?
–Depende. Cuando se trata de una situación de emergencia, es decir, que es espontánea, que no la buscas y te la encuentras, sí que influye más la situación que las características de la persona. Sin embargo, hay situaciones planificadas, como el voluntariado, en las que influye más la personalidad. Podemos decir que hay personas que ayudan más, es decir, que son mas prosociales que otras. Pero en situaciones de emergencia, predominan los factores del contexto.
–¿Tienen que ver estas actitudes con el lugar en el que se vive?
–Hay algunos estudios de este tipo que comparan, por ejemplo, el medio rural y el urbano. Es cierto que en algunas ayudas informales si se vive en el medio rural, en un entorno en el que todo el mundo se conoce, se ayuda algo más que el medio urbano. Melilla digamos que es privilegiada porque presenta una situación intermedia. No es una gran urbe, como Nueva York o Madrid. La gente de ciudad tiene numerosos estímulos, por ejemplo, en el trayecto de casa al trabajo nos pueden pedir dinero 20 mendigos y no ayudamos a ninguno. Tienes una sobrecarga de estimulaciones y al final, lo que se hace es poner una defensa y no se hace caso de esa situación.
–¿El trabajo es el lugar en el que se ve más si una persona es agresiva?
–Sí hay personas muy agresivas en el ambiente laboral, incluso hay perfiles de psicópatas, pues no sólo tienen esta característica los asesinos. Un psicópata es una persona que no tiene en cuenta los sentimientos de los demás y sin llegar a asesinar, hay muchas personas que en su ámbito personal y en el laboral realizan actuaciones muy agresivas ante los compañeros. Actúan sin tener en cuenta el daño o el sufrimiento que puedan hacer al otro.
–Pero ¿se dan más situaciones de agresividad en el trabajo?
–Se dan en cualquier ámbito. Lo que ocurre es que si se está en un ambiente laboral muy competitivo se tiende a hacer menos acciones altruistas y más agresivas. Aunque se trate de agresiones verbales y no físicas. Pero todo depende el ambiente de trabajo y sus características. Hay empresas donde se trabaja de forma cooperativa y otras en las que se premia la competitividad.
–¿Qué se puede hacer para fomentar las actitudes altruistas? ¿Y para bloquear las agresivas?
–En primer lugar, hay que educar a los chavales en valores sociales desde pequeños y fomentar las conductas prosociales. En cuanto a la vida diaria, el consejo sería controlar nuestras expectativas. Cuando crees que un compañero se va a comportar mal, te defiendes y acabas haciendo lo mismo que él o favoreciendo esa actitud agresiva. De entrada, no debemos tener una expectativa negativa de cara a lo otros. Otro aspecto importante sería controlar la activación o el nerviosismo cuando se sufre una agresión. Cuando estamos muy activados por cualquier tema negativo, por ejemplo, estar cansado, que haga calor o se tenga una discusión de tráfico, cualquier situación que sea molesta acaba provocando una reacción agresiva. Es el caso de cuando se llega enfadado del trabajo y se acaba discutiendo con la pareja por cosas que en otro momento no hubieran causado esa actitud. Hay que identificar esas situaciones en las que estamos más nerviosos para no acabar siendo agresivos.