El plantel azulino retomó el trabajo semanal con la mente puesta en el choque del domingo, donde los melillenses se medirán al Cádiz CF.
La plantilla y cuerpo técnico de la UD Melilla ya preparan, desde ayer, el duelo del domingo ante un rival como el Cádiz, que afrontará el choque con la necesidad imperiosa de puntuar para aliviar su situación en la tabla clasificatoria.
El inicio de la sesión tuvo como escenario el anexo del municipal, en el que los jugadores llevaron a cabo un trabajo de fuerza preventiva, rondos, fuerza alternada que dio paso a la realización de un circuito en el que se disputaron partidos de fútbol en espacio reducido y unas series de finalizaciones. Posteriormente el plantel se trasladó al rectángulo principal sobre el que disputaron, a campo completo, un partido de fútbol con una serie de premisas y otro sin ellas, en el que pudimos ver las intenciones del técnico Juan Moya de cara al duelo del próximo fin de semana en el que podrían haber novedades importantes en el once inicial. Por lo pronto, tanto Borja López como Braim jugaron íntegramente los partidos de preparación formando parte del posible equipo titular. En cuanto al estado de la enfermería unionista, todo apunta a que David Vázquez podría ser de la partida ante el Cádiz. El centrocampista madrileño comenzó a realizar carreras de baja intensidad. “Con respecto al viernes pasado, que fue el último día que hicimos algo de trabajo de recuperación, ha evolucionado bastante bien”, significó el preparador físico del equipo Augusto Hoyo. Mahanán y Dorronsoro trabajaron con Hallee y tan sólo se está a la espera del diagnostico definitivo del meta cántabro para “ver que se decide a partir de entonces”, indicó Hoyo.
Munir fue otra de las ausencias significativas del entrenamiento ya que no participó junto a sus compañeros durante la sesión.
El partido ante el Cádiz CF no será uno más. Los encuentros frente a uno de los históricos del fútbol español siempre tienen un añadido especial, quizá porque del inquilino del Ramón de Carranza siempre se espera más. En esta ocasión la escuadra amarilla que dirige Raúl Agné no llega al Álvarez Claro jugándose el liderato o el entrar en puestos de play-off de ascenso como en anteriores visitas. El domingo, los de la Bahía se juegan el salir de la zona próxima al descenso, un hecho al que el equipo andaluz no está habituado, al menos en esta categoría, y eso hace que la ansiedad y la presión a la que está sometido pueda pasarle factura. Sobre todo, si se tiene en cuenta el delicado calendario que aún le queda por disputar ya que, además de la UD Melilla, aún se debe medir al Lucena CF, Real Jaén, Atlético Sanluqueño y Almería B.El equipo de la Tacita de Plata no atraviesa precisamente por uno de sus mejores momentos, en una temporada decepcionante para la entidad gaditana. La sequía goleadora que arrastra en las últimas jornadas tampoco hace mirar con mayor optimismo el panorama. La escuadra de la ciudad bañada por el Atlántico no ha marcado en las tres últimas comparecencias y el veterano delantero Roberto Peragón es el único que ha sido capaz de ver puerta en las últimas seis jornadas. Lo que habla a las claras del por qué de la actual situación de un histórico que ansía conseguir cuanto antes la permanencia, para preparar con suficiente antelación el próximo proyecto, que volverá a diseñarse con el objetivo de abandonar el pozo de la Segunda División B.