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El conductor huyó del lugar de los hechos, pero fue atrapado por los agentes en su propio domicilio
Un joven que conducía ebrio perdió ayer, alrededor de las 6:30 de la mañana el control de su vehículo y lo empotró contra la parte trasera de un BMW, que estaba estacionado en calle Querol cerca del puente de Bomberos Pérez y Lirola. Antes de impactar contra el coche de alta gama, había chocada contra un todoterreno que también estaba aparcado en la misma zona.
El conductor, de 23 años, fue detenido por la Policía Local para realizar la prueba de alcoholemia, que superaba los 0,60 miligramos por litro de aire aspirado. Lo máximo permitido es 0,25 y a partir de 0,60 el caso es considerado “delito” y llevado a la justicia. Además, según indicaron fuentes policiales a El Faro, el chico tampoco disponía del permiso de conducir.
Cronología
El conductor, que viajaba sólo en el coche, venía de calle Músico Granados y se dirigía al puente de Bomberos Pérez y Lirola cuando impactó, en primer lugar, contra un todoterreno y después acabó metiendo el morro del coche en la parte trasera de un BMW.
El ocupante del vehículo salió por su propio pie, ileso, sin necesitar asistencia sanitaria. Consciente de la gravedad de los hechos, el joven, según la Policía Local, emprendió la huida.
En este sentido, cuando los agentes llegaron al lugar de los hechos, únicamente se encontraron con los tres vehículos “gravemente dañados”. Los efectivos averiguaron a través de la matrícula del coche el domicilio del arrestado y se dirigieron al mismo, que se encontraba en el barrio de Cabrerizas.
Una vez allí, se toparon con un joven corriendo que coincidía con las descripciones que habían facilitado varios testigos.
El joven fue detenido y llevado a las dependencias de la Policía Local. En comisaría, los agentes le efectuaron la prueba de alcoholemia. El primer test realizado al conductor dio que superaba los 0,60 miligramos por litro de aire aspirado. Lo máximo permitido es 0,25.
Disposición judicial
El joven detenido pasará hoy a disposición judicial. Las fuentes consultadas aseguraron que por conducir bajo los efectos del alcohol la pena puede estar entre tres y seis meses de cárcel, aunque creen que el caso se saldará con “una multa”. El chico ya cuenta con antecedentes. Ayer fue la segunda vez que los agentes le pillaron detrás del volante sin disponer del carné de conducir.
Los propietarios de los vehículos afectados fueron informados sobre los hechos en el mismo día de ayer para que se pusiesen en contacto con sus compañías aseguradoras. Sus coches quedaron “destruidos e inutilizables”.
El automóvil del detenido fue retirado de la calzada pasadas las 06:25 horas y quedó depositado en un patio de la comisaría de la Policía Local.