Clave La gran actuación del meta melillense Munir evitó que el equipo regresara de vacío Dinámica El conjunto azulino sigue inmerso en la espiral positiva y se acerca a la zona noble. El Melilla salvó un punto en su visita al Cacereño tras un partido en el que dominó en la primera media hora, aunque sin excesiva llegada y en un segundo tiempo en el que se vio dominado por su rival, que tuvo múltiples ocasiones y que se vio agravado con la expulsión de Velasco, que dejó a los melillenses con uno menos durante los últimos veinticinco minutos. Sin embargo, en el lado positivo estuvo la actuación del portero, que estuvo inconmensurable y que dio todo un recital con intervenciones por arriba, arrás de suelo y, especialmente, en un uno contra uno en el último suspiro del partido, salvando ese punto que mantiene el conjunto norteafricano cerca de los puestos de privilegio.
El partido comenzó con un Melilla mejor situado y un cacereño que parecía extrañar un césped en buen estado, ya que acostumbra a jugar como local en el patatal del Príncipe Felipe que, por motivos de seguridad, dio paso al exilio de Miajadas. Los azulinos tocaban con criterio y pronto avisarían de sus intenciones en un buen cabezazo de Velasco, que se marchó ligeramente cruzado junto al palo ante la dubitativa salida de José Fuentes.
Los de Juan Moya se mostraban más combinativos que su rival y dominadores de la parcela ancha, aunque faltaba culminar en los metros finales. Antes de varias ocasiones melillenses avistaría el Cacereño en su primera visita con un lanzamiento de Santi Amaro que se fue al larguero. Mientras, los visitantes seguían a lo suyo y buscaban sus opciones, como un chutazo de Mohamed desde la frontal que se encontró a un José Fuentes ahora bien colocado.
El único peligro del conjunto cacereño había llegado desde la banda izquierda donde Amarito ofreció algunas dudas con un par de resbalones, que facilitaron la llegada de los cacereños. Rondando la media hora de partido se proyectó en ataque y un centro chut suyo estuvo muy cerca de sorprender a José Fuentes, que vio como se estrellaba el esférico en el lateral de la red.
Superada la media hora de juego fue Luis el que estuvo a punto de aprovechar un balón en profundidad procedente de la derecha para disparar cruzado, pero el esférico se marchó rozando el palo. Carlos David, sustituto de Fausto Tienza en la medular azulina, y que rayó a un buen nivel, también avisó con un disparo potente y raso que José Fuentes detuvo bien colocado. El Melilla empezó a pasar apuros en el tramo final previo al descanso, dónde en dos jugadas parecidas Saad y Gaspar tuvieron opción de gol, pero el remate del primero se fue fuera inadmisiblemente y el de Gaspar acabó en las manos de Munir, que ya calentaba guantes para lo que vendría en el segundo tiempo.
Tras la reanudación, el Cacereño dio un paso al frente y a los de Juan Moya les costaba mantener la posición y, especialmente, crear juego, pues se mostraban más espesos y fallones que en la primera mitad. A pesar de ello, la primera llegada con cierto peligro fue melillense. En un disparo de César desde la frontal que detuvo el meta local.
A partir de ese momento, el Cacereño comenzó a bombardear el área azulina y a poner a prueba al guardameta Munir. Matías Saad y Gaspar volvían a probar la eficacia del portero en un remate en semifallo del primero y en un córner muy cerrado con marchamo de gol del segundo. Pero la primera gran intervención de Munir llegaría en el minuto 65 en una falta a la escuadra de Santi Amaro, que sacó en una espectacular intervención y la segunda, cuatro minutos después, en un cabezazo colocado de Esteve a media altura junto al palo, que volvió a encontrarse con el guante del portero melillense cuando su equipo ya jugaba con uno menos tras ver Velasco la segunda amarilla.
Al Melilla apenas le duraba el balón en los pies y veía como su rival le encerraba cada vez más atrás, aunque el buen momento de Munir bastaba para salvar ocasiones extremeñas. En el minuto 76 el meta azulino volvió a sacar otro balón raso a Santi Amaro y en los minutos 84 y 85 vio de cerca como los cabezazos de Checa y Valverde se alejaban de su meta en remates claros. Lo mejor ofensivamente del Melilla llegó en el tiempo añadido, en un balón que Chota cedió a Andrés y que éste intentó colocar, pero vio como un defensa sacaba cuando el meta José Fuentes estaba tapado. Cuando parecía que ya no habría más, llegó la ocasión más clara para los locales en un balón que quedó muerto dentro del área y al que llegó con claridad Santi Amaro, cuyo remate se estrelló contra el cuerpo de Munir.