Fuentes internas del centro subrayan que se dará prioridad a las familias. Delegación ni desmiente ni confirma la información, pero recuerdan que normalizar el nivel de ocupación es una prioridad.
El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) podría sufrir una importante bajada en sus niveles de ocupación en los próximos quince días, pues está previsto que abandonen la ciudad unas 200 personas, según afirmaron en la jornada de ayer fuentes internas del centro a este periódico. La mayor parte de los que saldrían rumbo a la península son los inmigrantes que viven en familia en estas instalaciones. Hay que recordar que el 23% de los habitantes del CETI, unas 208 personas, residen junto a sus familiares. De esta cifra, cien son menores de edad.
En este terreno, llama la atención que la mayor parte de integrantes de dicho colectivo sea de origen argelino. En concreto, hay 36 familias de este país, mientra que el segundo grupo más numeroso por nacionalidad son las procedentes de Nigeria, 24 unidades familiares. El resto es de diverso origen, pero la mayor parte de países subsaharianos, como Chad, Congo o Benín.
Según las fuentes de este periódico, esta salida masiva supondría “un balón de oxígeno” para normalizar las instalaciones del CETI, que actualmente albergan a unos 850 inmigrantes. “El centro continuaría totalmente saturado, pero algo mejoraría”, señalaron. Asimismo, trabajadores consultados por este periódico resaltaron que las familias “son las que más carga laboral dan” a los responsables del centro.
La salida de las instalaciones de estas 200 personas posibilitaría desahogar un mínimo el CETI, sobre todo en lo tocante a zonas para dormir. Ahora mismo, se utilizan como dormitorios incluso aularios. No obstante, la instalación de nuevas literas para optimizar espacio a finales del pasado año palió un poco la saturación, según los trabajadores consultados por este periódico. “Durante el día no hay problemas, es por la noche cuando más se nota que el centro está casi al doble de su capacidad”, añadieron.
Es muy probable que las familias que salgan hacia la península en los próximos días acaben participando en programas de integración con ONGs a cargo de la Administración del Estado, pues así lo indica el protocolo de actuación que se viene aplicando hasta la fecha. En cualquier caso, es “muy complicado” que los inmigrantes que salen de Melilla junto a sus familiares sean conducidos a Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE).
Desde la Delegación del Gobierno ni confirmaron ni desmintieron esta salida masiva de inmigrantes, aunque recuerdan que su máximo dirigente, Abdelmalik El Barkani, ya expresó el pasado mes de diciembre su intención de agilizar el traslado de familias del CETI a la península. Asimismo, el delegado señaló que lo propicio sería que acabaran en centros de acogida.
“No es lugar para niños”
Los trabajadores del centro consultados por este periódico se mostraron tajantes a la hora de afirmar que el CETI “no es un buen lugar para que vivan niños”, ya que el ambiente “está muy lejos de ser el ideal”. Aunque las familias hacen su vida cotidiana dentro y fuera de las instalaciones, el principal problema llega a la hora de dormir, ya que mujeres y hombre están separados, lo que rompe la convivencia familiar.
Por norma general, los menores pasan la noche junto a sus madres. Durante el día, acuden a centros escolares de la ciudad autónoma, mientras sus progenitores “pasan el día haciendo lo que pueden”. En este sentido, los trabajadores señalaron que muchos padres se dedican a actividades como la venta ambulante o la limpieza de coches para intentar ganar unos euros. Hay que recordar que los menores extranjeros no acompañados no se encuentran en el CETI, sino en centros gestionados por la Ciudad Autónoma.
La Guardia Civil, en alerta por si hay nuevos intentos de entrada.
La Guardia Civil ha avistado en los últimos días a grupos de inmigrantes al otro lado de la valla que separa la ciudad autónoma de Marruecos, aunque en ningún caso intentaron acercarse al perímetro. No obstante, la Benemérita mantiene la alerta constante.
En la madrugada del jueves al viernes se produjeron varios avistamientos de subsaharianos en dos grupos distintos de unas cuarenta personas, uno en las proximidades de la zona de Mariguari y otro cerca del puesto fronterizo de Barrio Chino.
Aunque los asaltos a la valla son menos habituales que hace unos meses, principalmente en octubre, la presión migratoria sobre Melilla permanece constante, dada la proximidad de grupos de personas cuyo objetivo es acceder a territorio español.
Ninguno de los grupos que se avistaron durante la pasada madrugada llegaron a tocar la valla fronteriza que separa Melilla de Marruecos, por lo que no ha sido necesaria la intervención de los agentes españoles.
En el 2012, un total de 2.186 inmigrantes entró a la ciudad autónoma de manera ilegal, un 12,68% más que el año anterior. De esta cifra, 486 lo hicieron a través del vallado perimetral.