El delegado del Gobierno participa en las conferencias del proyecto FIRIR sobre conflictos raciales europeos. Melilla volvió a dar ejemplo ayer de la convivencia cultural y religiosa en unas conferencias que se celebraron en Madrid y a las que acudió el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani. Se trata de la Conferencia Final del Proyecto Europeo FIRIR de ‘Formación para la Identificación y Registro de Incidentes Racistas’, moderada por la profesora de Psicología Social y Antropología de la Universidad de Salamanca, Concha Antón Rubio. El Bakani participó de un debate sobre las relaciones entre la sociedad civil y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españolas, junto a representantes de ONG’s y altos mandos del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil en Almería.
En concreto, el debate se centró en la necesidad de procurar una mayor formación en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, para una mejor identificación y registro de los incidentes racistas o xenófobos que puedan darse en España.
Las jornadas, inauguradas por el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, y la secretaria general de Inmigración y Emigración, Marina del Corral, fueron organizadas, junto al Oberaxe (Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia), por los Ministerios del Interior y de Empleo y Seguridad Social.
En su intervención, El Barkani definió a Melilla como un modelo de convivencia entre culturas, que ha hecho de su proyecto de sociedad plural, basada en el respeto mutuo entre comunidades de distintos orígenes étnicos o culturales, su principal apuesta de futuro.
“Melilla –dijo El Barkani– es una ciudad con muchos caracteres y una gran riqueza cultural que busca avanzar en la interculturalidad desde un denominador común para todos los melillenses: su condición de ciudad española y democrática”.
Asimismo, señaló que su realidad de ciudad frontera con Marruecos marca igualmente su carácter pero también la expone a diversos conflictos derivados principalmente de la extrema presión migratoria y las intolerables maniobras de algunos grupúsculos afanados en tensionar y envenenar las relaciones de Melilla con su entorno y, por ende, entre España y Marruecos.
No obstante, El Barkani subrayó su confianza en la unidad democrática de todos los estamentos e instituciones de la ciudad que, junto al buen hacer e implicación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la gestión del hecho fronterizo y en la defensa de los derechos fundamentales consagrados por la Constitución del 78, permiten reaccionar convenientemente frente a problemas que, igualmente, exigen de una mayor implicación de la Unión Europea.