Carmen Gómez López, ‘la zambombera’, fue la homenajeada por esta entidad por su dedicación y participación.
No todos los días se cumplen 50 años y mucho menos las entidades de vecinos. Es muy difícil sobrevivir a las crisis y a los cambios de décadas, pero Divina Providencia lo ha conseguido gracias al apoyo de los melillenses. Ayer cumplieron 50 años desde que unos señores mayores decidieran elaborar unos estatutos y fundar en un pequeño bar una asociación para personas como ellos, jubilados y pensionistas que deseaban organizar actividades de recreo y ocio para la gente del barrio. Ayer un grupo numeroso de socios de Divina Providencia se sentó a la mesa y disfrutó de un sinfín de manjares entre charlas amigables. No todos los socios que estaban en esta comida eran mayores, ya que mucha gente de Cabrerizas es socia de esta entidad aún no teniendo una jubilación. El presidente de la Asociación de Pensionistas y Jubilados Divina Providencia, Rafael Ballesteros, destacó la aportación y la participación de una de las socias, Carmen Gómez López, ‘la zambombera’, en los más de 30 años que lleva como componente de esta entidad. Por ello, ayer recibió una placa en homenaje de todos estos años dedicados a la asociación. Pero no fue el único reconocimiento que realizó Ballesteros. El presidente de Divina Providencia recordó a tres personas muy importantes para esta entidad que ya no están en este mundo. Así, se guardó un minuto de silencio con todos los presentes de pie en honor a Salvador Ramírez, Adrián Moya y Carlos Salguero, para quienes fue un recuerdo muy especial. Ballesteros también agradeció a todos los presentes, socios, autoridades y componentes de la directiva, que hayan hecho posible los 50 años de esta entidad. La crisis provocó que tan sólo se pudiera entregar una placa de reconocimiento a una persona, pero esta asociación ha lidiado bien con el problema de la falta de recursos económicos, ya que ofreció esta comida y una suculenta tarta de aniversario.