Desde la asociación vecinal se quejan de que internos del CETI pasan las noches bebiendo en la barriada y hacen pis, caca o tienen sexo a la vista. También denuncian la suciedad, las ratas, los árboles sin podar....
Corren malos tiempos en el barrio de la Constitución de Melilla. Los vecinos de toda la vida, los que llevan 29 años viviendo en lo que se conoce como Las 400 viviendas, llevan una temporada sufriendo las continuas borracheras de los internos del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) que van cada noche (especialmente los fines de semana) a la zona de locales comerciales a beber alcohol.
“Estamos así desde que empezaron las avalanchas de inmigrantes subsaharianos. Lo mismo beben, que hacen pis, defecan o tienen sexo a la vista de todos”, se queja Abdelsalam Mehamed Maanan, presidente de la asociación de vecinos.
Pero no son sólo son los “80 o 100 subsaharianos” que se reúnen cada noche en el barrio, también se juntan a beber “gente que viene de La Cañada o Batería Jota”, añade Virtudes Vivancos, miembro de la junta directiva de la asociación de vecinos.
“Estamos pidiendo que se multe, que las autoridades tomen cartas en el asunto, que tomen medidas contundentes para que nos devuelvan la tranquilidad al barrio”, comenta Ana María Rubio, también vocal de la asociación vecinal.
“La semana pasada un joven subsahariano se llevaba a una niña de tres años de la mano. La madre de la chica lo vio y el chico ni siquiera salió huyendo, se quedó dando vueltas por el barrio. No quiso denunciar el hecho a la Policía para no poner más nerviosa a la niña”, explica Vivancos.
“A veces hasta tienen peleas entre ellos, pero no es habitual. Lo habitual son las borracheras”. aclara Abdelsalam Mehamed Maanan, que tomó las riendas de la asociación de vecinos hace menos de un año.
“Desde noviembre del año pasado hemos enviado docenas de escritos a las autoridades para informarles de lo que está ocurriendo en el barrio. Es preocupante y se hace necesario que tomen medidas al respecto”, señala Mehamed Maanan.
Basura por doquier
Si bien las borracheras a diario en las calles del barrio incomodan a los vecinos, éste es un problema reciente. Peor lo llevan con la suciedad que impera en las calles de la Constitución.
“Desde temprano está todo lleno de bolsas de basura. Mucha gente del barrio ni se molesta en meterlas dentro del contenedor. Hasta las dejan en las escaleras”, apunta Mohemed Maanan.
Y esto se nota en el ambiente. Las calles apestan. El aire se hace irrespirable junto a los contenedores de basura y también a la entrada de los edificios.
La gente se orina en las columnas de los bloques. Hay que echarles agua todas las mañanas. Los perros se hacen caca por todas partes y los dueños no recogen los excrementos. Muchos perros van sueltos, a sus anchas”, acota Mohemed Maanan.
“He visto a un operario de la limpieza arrinconando la basura, en lugar de recogerla”, añade Mohemed Maanan.
“Hay una muchacha que limpiaba las calles del barrio, pero ha tenido un accidente y se nota su falta”, cuenta Vivancos.
Al aumento de los comportamientos incívicos por parte de vecinos del barrio de la Constitución se suma la falta de papeleras. “Hay cinco papeleras para todo el barrio”, comenta el presidente de la asociación, que insiste: “Todo esto está denunciado en la Consejería de Fomento”.
Amenazas y farolas
En las paredes desteñidas y las fachadas desconchadas del barrio de la Constitución pueden leerse amenazas a la Policía (“Maderos no os vais a comer nada”) y a los vecinos: “Matilde, chivata, morirás”.
Todo esto, junto al pequeño parque infantil que tiene una farola cercana a los columpios con todo el cableado de alta tensión a la vista, según pudo comprobar este periódico.
Y precisamente las farolas son el tercer problema del barrio. Hay una con la tulipa descolgada “desde hace días. En cualquier momento le cae encima a cualquiera de los niños que juegan en el parque infantil”, apunta Abdelsalam Mohemed Maanan.
Otras farolas están totalmente cubiertas por árboles, una preocupación más en la zona. “No vienen nunca a podar los árboles. Tenemos una vecina que viene a quejarse todos los días porque no puede abrir la ventana de su habitación. Las ramas de un árbol se le cuelan y con ellas, los insectos que están en los árboles”, añade el presidente de los vecinos de la Constitución.
También hay ratas y cucarachas en el barrio. “El bloque 16 tiene los huecos de los ascensores minados de ratones”, precisa Ana María Rubio.
Otro problema: las tuberías, que al ser muy viejas, a veces se atascan y “hay que buscar los camiones para que desatasquen”.
La cara amable de Las 400
Todo no son problemas en el barrio. Desde que la junta que preside Abdelsalam Mohemed Maanan se hizo cargo de la asociación, lo primero que han hecho es un lavado de cara a su local. “Antes era un cafetín de paredes sucias”. Ahora es un sitio agradable, como pudo comprobar El Faro, en el que se exhiben los trofeos que ha ganado el equipo de fútbol Sporting Constitución, radios antiguas, fotos de los Reyes de España en su visita a Melilla, con su oficina, una sala de juego para las señoras y otra con ordenadores, a punto de estrenarse. Además tienen su propia web.
La nueva sala de Internet será gratis para los vecinos del barrio y para que los niños del colegio puedan hacer los deberes. La asociación vecinal tiene la intención de organizar cursos de ofimática y abrirla para cuando empiecen las clases. “Dependerá de los recursos que tengamos”, concluye Abdelsalam Mohemed Maanan.Corren malos tiempos en el barrio de la Constitución de Melilla. Los vecinos de toda la vida, los que llevan 29 años viviendo en lo que se conoce como Las 400 viviendas, llevan una temporada sufriendo las continuas borracheras de los internos del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) que van cada noche (especialmente los fines de semana) a la zona de locales comerciales a beber alcohol.
“Estamos así desde que empezaron las avalanchas de inmigrantes subsaharianos. Lo mismo beben, que hacen pis, defecan o tienen sexo a la vista de todos”, se queja Abdelsalam Mehamed Maanan, presidente de la asociación de vecinos.
Pero no son sólo son los “80 o 100 subsaharianos” que se reúnen cada noche en el barrio, también se juntan a beber “gente que viene de La Cañada o Batería Jota”, añade Virtudes Vivancos, miembro de la junta directiva de la asociación de vecinos.
“Estamos pidiendo que se multe, que las autoridades tomen cartas en el asunto, que tomen medidas contundentes para que nos devuelvan la tranquilidad al barrio”, comenta Ana María Rubio, también vocal de la asociación vecinal.
“La semana pasada un joven subsahariano se llevaba a una niña de tres años de la mano. La madre de la chica lo vio y el chico ni siquiera salió huyendo, se quedó dando vueltas por el barrio. No quiso denunciar el hecho a la Policía para no poner más nerviosa a la niña”, explica Vivancos.
“A veces hasta tienen peleas entre ellos, pero no es habitual. Lo habitual son las borracheras”. aclara Abdelsalam Mehamed Maanan, que tomó las riendas de la asociación de vecinos hace menos de un año.
“Desde noviembre del año pasado hemos enviado docenas de escritos a las autoridades para informarles de lo que está ocurriendo en el barrio. Es preocupante y se hace necesario que tomen medidas al respecto”, señala Mehamed Maanan.
Basura por doquier
Si bien las borracheras a diario en las calles del barrio incomodan a los vecinos, éste es un problema reciente. Peor lo llevan con la suciedad que impera en las calles de la Constitución.
“Desde temprano está todo lleno de bolsas de basura. Mucha gente del barrio ni se molesta en meterlas dentro del contenedor. Hasta las dejan en las escaleras”, apunta Mohemed Maanan.
Y esto se nota en el ambiente. Las calles apestan. El aire se hace irrespirable junto a los contenedores de basura y también a la entrada de los edificios.
La gente se orina en las columnas de los bloques. Hay que echarles agua todas las mañanas. Los perros se hacen caca por todas partes y los dueños no recogen los excrementos. Muchos perros van sueltos, a sus anchas”, acota Mohemed Maanan.
“He visto a un operario de la limpieza arrinconando la basura, en lugar de recogerla”, añade Mohemed Maanan.
“Hay una muchacha que limpiaba las calles del barrio, pero ha tenido un accidente y se nota su falta”, cuenta Vivancos.
Al aumento de los comportamientos incívicos por parte de vecinos del barrio de la Constitución se suma la falta de papeleras. “Hay cinco papeleras para todo el barrio”, comenta el presidente de la asociación, que insiste: “Todo esto está denunciado en la Consejería de Fomento”.
Amenazas y farolas
En las paredes desteñidas y las fachadas desconchadas del barrio de la Constitución pueden leerse amenazas a la Policía (“Maderos no os vais a comer nada”) y a los vecinos: “Matilde, chivata, morirás”.
Todo esto, junto al pequeño parque infantil que tiene una farola cercana a los columpios con todo el cableado de alta tensión a la vista, según pudo comprobar este periódico.
Y precisamente las farolas son el tercer problema del barrio. Hay una con la tulipa descolgada “desde hace días. En cualquier momento le cae encima a cualquiera de los niños que juegan en el parque infantil”, apunta Abdelsalam Mohemed Maanan.
Otras farolas están totalmente cubiertas por árboles, una preocupación más en la zona. “No vienen nunca a podar los árboles. Tenemos una vecina que viene a quejarse todos los días porque no puede abrir la ventana de su habitación. Las ramas de un árbol se le cuelan y con ellas, los insectos que están en los árboles”, añade el presidente de los vecinos de la Constitución.
También hay ratas y cucarachas en el barrio. “El bloque 16 tiene los huecos de los ascensores minados de ratones”, precisa Ana María Rubio.
Otro problema: las tuberías, que al ser muy viejas, a veces se atascan y “hay que buscar los camiones para que desatasquen”.
La cara amable de Las 400
Todo no son problemas en el barrio. Desde que la junta que preside Abdelsalam Mohemed Maanan se hizo cargo de la asociación, lo primero que han hecho es un lavado de cara a su local. “Antes era un cafetín de paredes sucias”. Ahora es un sitio agradable, como pudo comprobar El Faro, en el que se exhiben los trofeos que ha ganado el equipo de fútbol Sporting Constitución, radios antiguas, fotos de los Reyes de España en su visita a Melilla, con su oficina, una sala de juego para las señoras y otra con ordenadores, a punto de estrenarse. Además tienen su propia web.
La nueva sala de Internet será gratis para los vecinos del barrio y para que los niños del colegio puedan hacer los deberes. La asociación vecinal tiene la intención de organizar cursos de ofimática y abrirla para cuando empiecen las clases. “Dependerá de los recursos que tengamos”, concluye Abdelsalam Mohemed Maanan.