El Gobierno no va a sacar al país de la crisis porque no tiene la capacidad para hacerlo. Al equipo de Mariano Rajoy sólo se le puede exigir que ponga las condiciones para propiciar el despegue. Los llamados a pilotar la nave de la recuperación son los empresarios, los emprendedores con ánimo para poner en marcha proyectos, empresas que generen riqueza, trabajo y sirvan al Estado para recuperar los ingresos.
Yussef Mohand, presidente de la recién creada Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) en Melilla, explica hoy en El Faro las dificultades a las que tienen que plantar cara los nuevos emprendedores. Señala algunas de las desventajas con respecto a sus colegas de otros países europeos y los impedimentos que frenan a los jóvenes. Y, sin embargo, del tono de sus palabras se puede extraer la conclusión de que, aunque no faltan las complicaciones en estos momentos de crisis, aún hay ciudadanos que son capaces de ver rayos de esperanza entre los nubarrones. El reto está en cómo sumar a estos emprendedores otros muchos más.
Es cierto, como asegura Yussef Mohand, que el país cuenta con una de las generaciones mejor preparadas de su historia. Pueden ser magníficos trabajadores... pero nadie les ‘enseñó’ a convertirse en empresarios. El sistema educativo no anima a los ‘aventureros’, ni ocupan un lugar destacado en el ránking social. En este país, el empresario no es una figura valorada en sus verdaderas dimensiones. El esteriotipo que arrastra es el de un explotador de la clase obrera que sólo busca el beneficio propio. Ante esos prejuicios sociales, es necesario tener una verdadera vocación para arriesgar y convertirse en emprendedor cuando hay otras profesiones con más reconocimiento social, más seguras y con casi el mismo beneficio económico. Quizás ése debería ser el primer paso para salir del túnel de la crisis: Reconocer la importancia social de quienes cuentan con el valor y la capacidad de emprender aventuras empresariales que sirvan para poner de nuevo a este país en marcha.