Se trata de una de las diversas actividades cuyo objetivo es facilitar la reinserción, y en las que toman parte un total de 50 presos. Un grupo de internos del Centro Penitenciario de Melilla acudió ayer a presenciar el quinto partido eliminatorio de la fase de ascenso que disputa el Club Melilla Baloncesto y que le enfrentaba al Lleida, encuentro que al final se decantó del lado de los locales por el resultado de 71-69.
Se trata de una de la numerosas actividades que lleva a cabo la institución melillense y que tiene como objeto hacer más llevadera la reinserción social una vez cumplida la condena.
Además de estas salida, el Centro Penitenciario orgaiza otra seria de actividades extra-carcelaria.
Según pudo saber El Faro, en el conjunto de todas las iniciativas que se llevan a cabo, tanto de ocio como de formación o voluntariado, el número de internos que participa se eleva a medio centenar.
Así, a los 12 que acudieron al encuentro de baloncesto y que han estado siguiendo esta eliminatoria en los tres partidos que se han disputado en el pabellón Javier Imbroda, hay que sumar los componentes del equipo que toma parte en la liga de Fútbol Sala, que tienen opciones de quedar primeros de su grupo, título que ya tiene en sus vitrinas el conjunto penitenciario.
También en el apartado de ocio hay otro grupo de internos que practica el senderismo, amén de otras actividades que también llevan a cabo como la visita a museos.
En el ámbito formativo, en la actualidad existen un total de 12 internos que están participando en el curso de servicio de restaurante y bar que organiza la Fundación La Caixa y que desde hace algún tiempo se celebra en el restaurante La Muralla.
El próximo mes está previsto que concluya y será entonces el momento de analizar la valía del trabajo realizado, aunque desde fuentes penitenciarias ya se hace, sobre todo por la posibilidad y la ayuda que esto supone en materia de reinserción.
También en esta materia cabe destacar el trabajo que realiza otro grupo, en este caso haciendo las veces de voluntariado con los internos de la Gota de Leche. Allí acuden al menos una vez por semana, unas veces para acompañar a los mayores hasta el médico, otras simplemente para dar un paseo con ellos.
Todos los participantes en estas actividades forman parte del módulo de respeto, que desde hace algún tiempo se implantó en el Centro Penitenciario de Melilla y cuyos resultados están siendo muy positivos, tal y como ponen de manifiesto los propios internos y la Dirección del Centro.