EL Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha elaborado un informe que debemos estudiar con detenimiento en Melilla. El estudio revela que, durante el segundo trimestre del año en curso, las denuncias de casos de violencia machista en nuestra ciudad se incrementaron en un 39% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Los números muestran que enter abril y junio del corriente se interpusieron en los Juzgados 100 denuncias por esta causa, lo que hace 23 más que las presentadas en el mismo trimestre del año pasado, que fueron 77.
Dentro del año en curso, la comparativa entre el primer cuarto del año y el segundo refleja asimismo que en este último aumentaron las denuncias por agresiones sexistas un 49%. Los datos muestran que en Melilla la lacra de la violencia de género es un asunto más que preocupante.
El informe del observatorio refleja el incremento de denuncias de agresiones machistas, pero es necesario hacer otra lectura importante al respecto: ¿cuántas mujeres que son víctimas de palizas por parte de sus parejas o exparejas no se atreven a denunciar lo ocurrido por miedo a las represalias que sus agresores puedan tomar contra ellas?.
Para combatir con éxito a la violencia de género no basta con castigar a los que la cometen. Los poderes públicos han de esforzarse en concienciar a la sociedad en una cultura de igualdad y de respeto mutuo entre hombres y mujeres. Y esa iniciativa debe llevarse a cabo desde la infancia, pues cuanto más pronto aprendan las personas a comportarse, mejor sabrán hacerlo cuando alcancen la edad adulta.
Sin embargo, hay otro objetivo a conseguir, y ése es que las mujeres que viven en la atmósfera irrespirable de la violencia en el ámbito familiar pierdan el miedo a contar lo que les está pasando. Si ellas mismas no dan el paso de acudir a la Policía para denunciar la situación, sus agresores se sentirán con carta blanca para continuar haciendo de su vida un infierno.