Melilla tuvo ayer su momento de protagonismo en La Moncloa con la reunión que mantuvieron Juan José Imbroda y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Fue un encuentro "cordial" en el que el representante de los melillenses puso sobre la mesa la "foto" de lo que es actualmente la ciudad y de cómo el Estado puede colaborar para ayudar en su desarrollo económico y generación de empleo para los jóvenes de cara al futuro.
Imbroda no se ahorró ni un solo dato relacionado con los resultados de la última EPA (Encuesta de Población Activa), en los que se habla de un paro por encima del 27%, el más alto de todo el país y que se ceba en los jóvenes, para los que pidió apoyo de cara a su formación y posterior integración en el mercado laboral. Señaló que Melilla necesita al Gobierno nacional para sacar adelante sus líneas estratégicas que impliquen la implantación de un nuevo modelo productivo (universidad y turismo, fundamentalmente), una vez que ya no existe el floreciente comercio con Marruecos que existía hasta el año 2018.
Básicamente Imbroda solicitó la ayuda de Sánchez a la hora de tomar medidas que beneficien a los melillenses no sólo en cuestiones económicas sino también sanitarias. Relató las muchas carencias que tiene el sistema público en asuntos como el número de especialistas o los servicios que se prestan y que, a modo de ejemplo, manifestó que ni siquiera cuenta con una unidad de ictus.
Es interesante que el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, calificara de "fructífera" esa reunión y que, además, Imbroda le hubiese adelantado al presidente Sánchez el dossier con todas las cuestiones que iban a tratarse en ese encuentro, tras el que Torres afirmó que "vamos a atender con el máximo rigor las peticiones que nos realiza" en dos temas muy importantes: el aeropuerto y la sanidad.
Se coincidió también en que la Ley del Menor, promulgada en 1996, no se hizo pensando en los menores migrantes, motivo por el que sería necesario una modificación legislativa que el socialista insiste debe centrarse en el artículo 35 de de Extranjería. Es decir, el Gobierno insiste en que se pueda producir un reparto automático de los menas por las comunidades autónomas, algo a lo que el Partido Popular se negó el pasado mes de julio cuando el asunto fue abordado en el Congreso de los Diputados.
Siempre es positivo que Melilla esté en reuniones de este nivel y que lleve su impronta a quienes tienen la capacidad y el poder de tomar las medidas adecuadas que solucionen los problemas de los ciudadanos. Las dos partes han cumplido con lo que se podía esperar de este tipo de encuentros institucionales: Imbroda "hablando de su libro" y Sánchez mostrándose "receptivo y agradable".
Queda ahora por delante la tarea de trabajar conjuntamente para que los proyectos prosperen. La ciudad necesita del Estado, que nunca estaría completo sin ella. Por ese motivo, Imbroda habló de algo totalmente sorpresivo y es que considera que se podría articular un convenio por cuatro años de duración entre los dos gobiernos para que se destinen 90 millones de euros más al año a Melilla y que sea la Ciudad Autónoma la que se encargue de llevar adelante cuestiones que competen al Ejecutivo nacional.