La Plaza de las Culturas volvió a acoger, el sábado por la noche, la celebración del Diwali por parte de la Comunidad Hindú. Un día especial para sus integrantes y que sirve para rememorar cómo aquel pueblo salió con antorchas a iluminar el camino de vuelta del dios Rama y su esposa, Sita, después de 14 años de exilio en la selva. La fiesta simboliza la victoria del bien sobre el mal y de la luz sobre la oscuridad. De ahí el encendido de velas.
En una ciudad que presume de ser multicultural, como Melilla, es normal, y así lo señaló el presidente de la Comunidad Hindú, Ramesh Ramchand, que todos los credos participen en las celebraciones religiosas de los otros. Así se vio el sábado en la Plaza de las Culturas, donde, además de hindúes, había multitud de cristianos, musulmanes y judíos.
Melilla como ejemplo de convivencia que exportar al mundo, que el presidente de la Comunidad Hindú atribuyó al hecho de que “desde pequeños nos criamos juntos en el colegio”, por lo que no se ven diferencias entre unos y otros.
Entre los políticos, sucedió prácticamente lo mismo con una sola excepción, la de siempre. Así, mientras por el PP estuvieron Miguel Ángel Fernández Bonnemaison, María José Aguilar e Isabel Moreno, Rafael Robles representó al PSOE, Amin Azmani a Somos Melilla y José Miguel Tasende a Vox.
Sin embargo, una vez más, y van ya unas cuantas, se echó en falta que CpM enviara a algún representante. Da la impresión de que este partido hace ya bastante tiempo que no se entera de lo que pasa en la ciudad y más pronto que tarde su apoyo puede quedar por los suelos. Si ello sucede, habrá sido su culpa solamente.
Si a su errática gestión en el anterior Gobierno se le suma la supuesta compra de votos en las últimas elecciones autonómicas y locales que acabó con varios de sus dirigentes en prisión provisional y que aún están pendientes de juicio, así como su negativa a participar en las fiestas que podrían considerarse comunes, nada indica que vaya a mejorar su situación a corto plazo.
Ya perdió un montón de votos en los comicios celebrados en 2023, tanto locales como nacionales, pero, tal como se está comportando, la cosa puede ir a peor. Sería de agradecer que, al menos, sus dirigentes dejaran de mezclar la religión con la política. También lo agradecerían ellos, que seguramente verían cómo les irían mejor las cosas.