Una treintena de ellos recogieron sus diplomas de Supervivencia y Protocolo.
La Semana Náutica jamás podría alcanzar la cotas de calidad que registra cada año sino fuera por la labor de los voluntarios que cada año participan en su organización. El buenhacer de estos jóvenes fue reconocido ayer con una entrega de diplomas que acreditan sus conocimientos en Supervivencia y Protocolo Deportivo, dos cursos organizados por la Ciudad Autónoma en los meses de abril y junio y en los que participaron los voluntarios de la Semana Náutica.
En el evento celebrado ayer en el Parador Pedro Estopiñán no faltaron los representantes del Gobierno autonómico, encabezados por su presidente accidental, Miguel Marín, y la viceconsejera de Juventud, Sofía Acedo, quienes entregaron los diplomas a unos veinte jóvenes, ya que los diez restantes se encontraban ausentes.
No faltaron los elogios por parte de la máxima autoridad local, quien recalcó en palabras dirigidas a los presentes que los cursos que han realizado estos jóvenes no sólo son garantía de conocimiento y capacidad de actuación en determinadas situaciones, sino que su formación también influye de manera determinante en la percepción que los visitantes de la Semana Náutica tienen del evento.
No en vano, algunos de los voluntarios ya habían ganado algo de experiencia gracias a su participación en el Campeonato de España de Voley Playa, celebrado hace pocas semanas en Melilla.
“Sois la cara visible de la ciudad, los que ponen rostro a este evento tan importante para la Ciudad Autónoma”, aseveró Marín.
De igual modo, el presidente accidental les conminó a seguir interesándose en progresar académicamente, pues recordó que así tendrán más oportunidades de encontar trabajo en un mercado laboral que cada día se vuelve más competitivo.
Finalizada la entrega de diplomas, los asistentes pudieron disfrutar de un desayuno en el Parador.
Seña de identidad
Los voluntarios de la Semana Náutica se han convertido en una seña de identidad de este evento desde que comenzara a celebrarse hace quince años.
Su principal labor el de encargarse de los regatistas y demás participantes de este acontecimiento deportivo de manera altruista, convirtiéndose así en uno de los principales valores del evento, ya que para desempeñar su labor reciben diversos cursos de formación con el fin de obtener nociones de primeros auxilios y relaciones públicas.