En este 10 de diciembre de 2023 se cumplen 75 años de uno de los compromisos mundiales más avanzados de la Historia: la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este documento histórico consagra los derechos inalienables que toda persona tiene como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. La Declaración fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 y establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero.
Este ha sido un año en el que ha pasado “como del rayo” Carlos Esquembri. Servidor público, amante de la Historia, referente de la Memoria histórica democrática de Melilla, falleció heroicamente el pasado 18 de marzo, combatiendo una de las peores lacras de nuestro tiempo, la droga. No ha tenido ningún reconocimiento público, en una Ciudad acostumbrada a reconocimientos estrafalarios, más dedicados al autobombo y a la toma de contactos. Desde aquí queremos recordarle, y tenerle siempre presente.
El mundo se estremece con la tragedia, que vive Palestina. La continuación del exterminio de este pueblo es seguido ahora por el ataque a una fiesta musical de israelíes pacifistas, excusa perfecta para causar miles de muertos inocentes, y uno de los mayores desplazamientos forzados de población habidos en la Historia. Habría que preguntarse como hacía el Derecho Romano: “Quid prodest (¿A quién beneficia?)”.
Durante este año ha continuado el goteo de inmigrantes muertos por ahogamiento intentando entrar en Melilla. El día 24 de junio del pasado año fueron decenas de muertos y desaparecidos en un solo día, sobre los cuales no hay investigación alguna abierta, que se sepa. Se ha cerrado una puerta y ahora los inmigrantes mueren ahogados sobre todo en Canarias, huyendo como siempre de guerras, hambrunas, cambio climático, … .
La comunidad LGTB+ de Melilla ha sido atacada en su sede. Aún hay personas, que consideran la orientación sexual un signo de maldad, y niegan a los que son distintos su derecho a la dignidad y al respeto; incluso se organizan para que no haya una educación afectiva, que se transmita desde la infancia por los poderes públicos.
La violencia en los centros escolares por fin ha aparecido en los medios de comunicación. Algo que durante generaciones venía siendo socialmente interiorizado como natural, y considerado como “cosas de niños”, empieza a ser motivo de publicidad y preocupación. En España está vigente la Ley Orgánica 8/2021 para la protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, que obliga también en centros de estudio. Curiosamente, las denuncias que llegan a las instituciones públicas competentes vienen exclusivamente del entorno familiar de las víctimas.
Un año más, como puede verse, para sentir dolor por las violaciones de los Derechos Humanos, y comprometerse en el trabajo para su respeto.