En la ciudad de Melilla también existen barrios particulares y característicos. En la zona centro, pegado a la avenida de Cándido Lobera, y siendo la conexión más fácil para acceder con vehículo, el barrio de Ataque Seco sobresale por la cantidad de cuestas y escaleras que presentan sus calles donde se hace complicado el acceso para los vecinos de a pie que acceden a esta zona de la ciudad.
Son decenas los callejones enfilados en largas cuestas de escaleras que arropan a sus vecinos, quienes definen al barrio de una zona demasiada tranquila donde la viva apenas prospera y escapa del ruido masificado del centro de Melilla.
Este medio estuvo presente en el corazón del barrio y pudo comprobar de antemano el silencio que recorren sus calles que, en plena ola de calor de la temporada de verano, no dejan ver ni un “alma” por sus callejuelas antiguas y llenas de historia.
Y se habla de historia porque antiguamente los ‘ataques’ que eran fortalezas o torres de vigilancia abundaban en este barrio de Melilla hace más de 100 años, cuando el río transcurría por la misma avenida de Juan Carlos I.
Desde la zona de Ataque Seco se puede ver el casco antiguo de la iglesia del Salvador en toda su plenitud.
Exceptuando la temporada estival, el CEIP España es el único centro público que cuando los niños están en época escolar le dan más vida y ruido a un barrio que descansa paulatinamente entre el silencio de sus calles.
Así nos lo confirmaba uno de los vecinos más antiguos de la zona, y quien no quiso salir ante nuestras cámaras.
Rachid lleva más de 20 años viviendo en el interior del barrio Ataque Seco. Este hombre nos contó como con el paso del tiempo la zona ha ido apagándose lentamente y perdiendo la poca vida entre vecindario que le podía quedar a una de las zonas más peculiares de Melilla. No obstante también afirmó que el ambiente es muy agradable entre todos.
Una mejora de accesibilidad a la zona y que se generen comercios y actividades
El Faro se trasladó hasta el interior de las calles del barrio Ataque Seco para encontrar algunos vecinos que quisieran explicar qué es lo que más les gusta del barrio y qué le pedirían como mejoras al nuevo Gobierno de la ciudad de Melilla. Siguiendo con Rachid, el melillense cree que es una zona de barrio muy asequible para vivir por la tranquilidad y el silencio del que no se puede respirar en otras ubicaciones de la periferia.
Sin embargo, también quiso explicar que este silencio viene de la poca vida que presencia esta zona. “Aunque será un barrio donde se está muy tranquilo y silencioso, significa que aquí la vida entre vecinos y comercio no prospera. Es más, desde que cerraron el último comercio del barrio que era una tienda de alimentación, nadie ha probado en abrir otro como ese”, explicó el melillense.
Cuando este medio continuaba su camino en busca de más testimonios, un hombre que pasaba en bicicleta nos dejaba atrás, y mientras avanzaba gritó lo siguiente: “aquí no vais a encontrar a nadie, está el barrio sin vida”, recalcó.
Y no falló, fue mucho el tiempo que tuvimos que estar paseando todas sus calles para hablar con más vecinos de la zona. Sentado a la sombra, escapando del calor húmedo, pudimos hablar con Marzo, otro ciudadano melillense al que “todo lo de Melilla le gusta”, incluido el barrio de Ataque Seco.
“La gente de Melilla es muy buena gente y nunca me han hecho daño en esta zona del barrio creo que todo está muy bien, solo le pido un poco de ayuda al Gobierno con los papeles de mis hijos que aun no tienen”, dijo.
Sin comercios en la zona Parecía broma cuando uno de los vecinos que se paró a hablar fuera de cámara con este medio comentó que no existe ningún tipo de comercio instalados en las calles del barrio. Y así fue, el último ya cerró hace tiempo y nadie ha abierto ninguno más.
Abdel, el señor que parecía bromear con este medio, se lamentaba de la triste situación en la que se encuentra la zona. Denuncia la falta de interés por las administraciones públicas de mejorar este barrio pintoresco y característico a su vez.
“Hace años que esto perdió el sentido. Ya no hay comercios abiertos y tenemos que bajar hasta el centro para poder hacer la compra. Además, nuestros hijos no tienen actividades para hacer en el barrio”, aseguró Abdel.
De la misma manera habló con El Faro Farid. Aunque explicó a este diario que lleva poco tiempo viviendo por la zona del barrio, se ha dado cuenta la falta de actividades y seguridad que necesita Ataque Seco para sus hijos.
“A veces tengo que tener cuidado cuando los niños juegan en la calle porque son muy estrechas y pasar rápido los coches”, dijo.