El Gobierno local defiende que el precio del suelo por metro cuadrado del nuevo teatro resultó más barato que el una Vivienda de Protección Oficial.
El recién inaugurado Teatro Kursaal volvió a ser motivo de discusión política entre el Gobierno local y la oposición, pues la segunda Interpelación del Grupo Socialista versó sobre aspectos con los que están disconformes sus dirigentes, como las reformas del local y el gasto realizado en las obras.
Así, en primer término, el portavoz del PSOE, Dionisio Muñoz, reprochó al Ejecutivo de Juan José Imbroda que no se respetaran los elementos originales y con mayor valor histórico y patrimonial del inmueble, algo que, según el dirigente socialista, sí se realizó con un edificio menos antiguo que el teatro, como el de la Cruz Roja.
De igual modo, tachó de despilfarro el desembolso de quince millones de euros destinados a dicho inmueble, máxime cuando se tramitó un leasing con el BBVA para la financiación de su rehabilitación, pues matizó que la primera consecuencia de ello es que se ha “hipotecado” las arcas públicas. “La placa para Imbroda, la deuda para el pueblo”, apostilló.
Además, criticó que desde la Administración local se haya “mentido” sobre la supuesta negativa del Estado a conceder el 'Uno por ciento Cultural', pues matizó que para ello es necesario que el edificio sea público o esté garantizada su disposición por un tiempo mínimo de 50 años, pero el Kursaal “es propiedad del banco”:
“No estamos en contra de que los melillenses cuenten con un teatro”, subrayó, “pero si de ciertos elementos bajo los que se ha levantado el Kursaal, como el poco respeto que se ha tenido hacia elementos arquitectónicos clásicos y el modo de pago”.
El encargado de responder sus argumentos fue el consejero de Fomento, Rafael Marín, quien matizó que el gasto por metro cuadrado del Kursaal fue de 1.312 euros, menos que el de una Vivienda de Protección Oficial (VPO). De igual modo, desgranó en qué se desembolsó el dinero; seis millones en la obra, tres en los suministros del local y tres más en en equipamiento más el IPSI, un total de 12,13 millones de euros.
Por otro lado, le recordó al socialista que desde el año 2005, pese a que el arrendatario del Kursaal es el BBVA, la Ciudad Autónoma de Melilla es la única que ostenta la opción de compra. Además, le conminó a examinar el coste de otros teatros construidos recientemente en ciudades como Málaga, Bilbao o Sevilla para realizar una comparativa.
En cuanto a la opinión del Colegio de Arquitectos, desde donde criticaron la modificación interior, aseguró que son “asesores del PSOE, pues así lo señalaron los propios socialistas”. Ahondando en la cuestión de la modificación de elementos históricos, recordó que en un escrito del Ministerio de Cultura se señalaba que recuperar los originales era imposible, porque el interior del inmueble fue reordenado en los años 50.
Un teatro, tres centros de salud
Insistiendo en la cuestión de los quince millones que costó el teatro, Muñoz comparó este desembolso con el realizado por la Administración del Estado en centros de salud o educativos, ya que los últimos creados en Melilla costaron una media de cinco millones de euros, por lo que es posible “construir tres de estos locales por un teatro”.
En su turno de palabra, el portavoz de Coalición por Melilla (CpM), Mustafa Aberchán, inquirió a los populares si se creían los eternos gestores de la Ciudad Autónoma por haberse “endeudado” con la construcción del teatro, pues consideró que deberían haber intentado encontrar el consenso con la oposición.
Una pregunta a la que Marín respondió que, en vista de la labor de los partidos de la oposición, era probable que el PP gobernara eternamente. Por su parte, el consejero de Economía, Daniel Conesa, tan sólo participó asegurando que la construcción de Kursaal era una “frustación del PSOE”, desde donde intentaron “boicotear la iniciativa” en numerosas ocasiones. De igual modo, aseguró que nunca existió voluntad política por parte del Gobierno central para conceder el 'uno por ciento cultural'.