El tesorero de la asociación de vecinos alerta de constantes incendios y la práctica de la prostitución por parte de inmigrantes que deberían estar en el CETI.
Más de doce años y varias denuncias interpuestas ante las autoridades policiales, sin solución. El problema de las chabolas que los inmigrantes residentes en el CETI están construyendo constantemente en las inmediaciones del Cerro Palma Santa han terminado con la paciencia de sus vecinos. El tesorero de la asociación, Abdeselam Benaisa, ha interpuesto una denuncia ante los juzgados de Melilla con la esperanza de que las autoridades competentes tomen una determinación.
En la denuncia presentada ante el juzgado refleja toda la problemática que sufren los vecinos de la zona pues las viviendas están muy cerca de las chabolas que se han montado diferenciándose incluso por nacionalidades. Así, Benaisa ha dejado constancia de que este tipo de construcciones “van en aumento día a día”. Todos los días “se producen peleas, prostitución, mucha basura, han arrancado árboles y se han producido muchos incendios”. Además, dice no entender “cómo el CETI recibiendo dinero de la CEE y del Gobierno central para asistir a los inmigrantes no hacen nada al respecto”.
Asimismo, adjuntó las denuncias que ha presentado desde 2009, tanto a la Policía Local como el Cuerpo Nacional de Policía, y fotografías que ilustran la problemática vecinal. En éstas también se da cuenta del consumo de bebidas alcohólicas así como la venta de drogas, “llegando incluso a favorecer la prostitución con mujeres que se encuentran en el lugar”.
Los incendios que se han producido “son de extrema consideración, teniendo incluso que intervenir el servicio Contra incendios para sofocar los mismos para así evitar que se propagaran a las viviendas colindantes”. La situación es tan tensa que, por parte de algunos inmigrantes, “han llegado a amenazar a los vecinos” del Cerro de Palma Santa.
Además, Benaisa también teme por la propia seguridad de los inmigrantes que viven en estas chabolas puesto que algunas de ellas se encuentran en la linde del río con “el peligro potencial por si se produjera una riada”.