El sindicato recuerda que la mayor parte de las instalaciones son deficitarias, ya que solo en las de Melilla se pierden alrededor de once millones de euros anuales.
Cerca de 5.000 trabajadores de AENA demostraron el pasado sábado en Madrid su rechazo a la privatización de los aeropuertos españoles, una iniciativa aprobada por la Administración que preside José Luis Rodríguez Zapatero el pasado 3 de diciembre.
Una protesta que Comisiones Obreras (CCOO) calificó de exitosa, ya que quedó patente que los trabajadores del sector están en contra de “despojar del patrimonio de todos los ciudadanos a los aeropuertos españoles que de forma irresponsable quiere llevar a cabo el Gobierno Socialista, regalando a unos pocos empresarios lo que tanto esfuerzo ha costado al Estado, como son las grandes infraestructuras aeroportuarias del país”.
Los principales dirigentes de CCOO de Melilla pertenecientes a dicha área no dudaron en desplazarse a Madrid para sumarse a sus compañeros, ya que su determinación de mostrarse contrarios a esta decisión del Gobierno no es nueva, pues en el mes de diciembre de 2010 protagonizaron una sonora pitada en el Aeropuerto de la Ciudad Autónoma.
Su principal temor, es que con la paulatina privatización empeoren las infraestructuras aeroportuarias, ya que muy pocas instalaciones, tales como Barajas, Málaga o El Prat son económicamente rentables, por lo que “lo lógico sería que las empresas busquen beneficios recortando gastos”, explicó en su día el máximo dirigente del Comité de Empresa en Melilla, Francisco Casado.
De igual modo, aseveró que la red aeroportuaria española era “la envidia de Europa”, pero que en caso de hacerse efectiva su privatización “el deterioro sería irreversible”.
Gritos contra Blanco
Así pues, los más de cinco mil trabajadores tomaron las calles de Madrid al grito de ‘Así Gobierna Blanco, por Decreto como Franco’ y ‘Zapatero dimite’, siempre bajo el lema ‘No a la venta de los Aeropuertos, por una Aena Pública’.
Por tanto, volvieron a pedir una vez más la retirada del proyecto privatizador del Gobierno y exigieron que, en caso de llegar a ese extremo, se garantice la estabilidad laboral y de las condiciones de trabajo que los trabajadores de Aena “han conseguido mediante la superación de un proceso público basado en los principios consitucionales de igualdad, mérito y capacidad”