Más de mil personas han pasado o están realizando en estos momentos alguna acción formativa luego se completa con otros estudios de índole más práctica.
Los cursos formativos para jóvenes desempleados estarían logrando los objetivos “esperados”, según puso ayer de manifiesto el presidente de la entidad pública Promesa, José María López Bueno, sociedad encargada de su gestión, unos cursos que pretenden formar a este colectivo social para su inserción laboral en la ciudad.
En este sentido, en estos momentos son ya unas mil las personas que han pasado por estos cursos o que en estos momentos se encuentran incursos en alguno de los programas, el último de ellos inaugurado esta misma semana. Así, habría distintos niveles de formación, según comentó el presidente de la entidad pública aunque de momento no se está siguiendo ningún tipo de itinerario formativo, a diferencia de lo que sucede en el sistema educativo público.
López Bueno valoró esta estrategia que había puesto en práctica la Ciudad Autónoma y recordó que las escasas incidencias que se habían producido eran similares a las de los centros de formación reglados que existen en Melilla. Así, confirmó que en el pasado mes de junio, cuando terminaron los primeros cursos, la ratio de continuidad y aprovechamiento fue bueno, aspecto que ha llevado a la entidad a asegurar que los resultados con los esperados desde un principio.
Junto a ello, señaló que algunos de los antiguos alumnos se presentaron con posterioridad a los cursos más avanzados, en concreto de formación ocupacional. “Es una acción importante en una ciudad con una población joven en paro y con poca formación”, afirmó el presidente de Promesa quien adjuntó igualmente que la formación complementaria que se estaba dando a estas personas era buena ante una tasa de fracaso escolar y abandono tan grande como la que existía en Melilla.
En otro orden de cosas, López Bueno aseguró que la formación ocupacional estaba pensada para una inserción laboral en la ciudad, de modo que se había contactado con los agentes sociales con el fin de vislumbrar cuales era los cursos más adecuados para el colectivo. “Primero hacemos la formación básica y luego la profesional”, afirmó y adjuntó que a pesar de no existir itinerarios formativos específicos sí hay áreas concretas en las que incide la formación.
Esas áreas son aquellas en las que existe más demanda en Melilla en estos momentos y éste tipo de cursos están financiados con fondos de la Unión Europea, según especificó el presidente de Promesa. En este caso son los centros privados los que realizan estos cursos formativos. Entre los sectores más demandados destaca el de la construcción, en auge en Melilla desde hace varios años y por otro lado aquellos que hacen referencia a los servicios técnicos y también atención comercial. Éste último es importante pues los comercios de la ciudad demandan a personal bien formado en atención al público. Finalmente, una cantera que también se está explotando, según explicó, es la relativa a la atención social y cuidados a personas mayores o dependientes, pues en estos momentos también se solicita personal con una formación apropiada para el ejercicio de este tipo de trabajos, en particular desde que se aprobó la Ley de Dependencia.
Los cursos formativos básicos están becados con una ayuda de unos 450 euros, según comentó en su día el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, y el último que queda por comenzar esta destinado a parados de larga duración y mayores de 45 años, en un número de unos 150.