La Ciudad Autónoma de Melilla ha lamentado la tardanza con la que la Dirección General de Costas, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, autoriza los proyectos que debe llevar a cabo. Algunos de ellos llegan hasta el punto de llevar esperando el trámite un año.
Según ha explicado el consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Hassan Mohatar, uno de los proyectos cuya construcción se ha alargado en el tiempo es una pasarela que serviría para conectar la Ensenada de los Galápagos y la Cala de Trápana. Este proyecto podría estar terminado ya y, sin embargo, lleva un año esperando autorización ministerial.
Otro de los proyectos sin arrancar es la remodelación de la zona de baño de Aguadú, para la que la Ciudad Autónoma necesita autorización de Defensa y de la Dirección General de Costas.
Mohatar preocupado por la paralización de proyectos
Mohatar ha admitido a la prensa que este es un problema que le preocupa mucho y que ha provocado la paralización de varios proyectos. Algunos de estos deberían estar ya finalizados. Este es uno de los temas sobre la mesa la semana pasada en la reunión que mantuvo con el secretario de Estado de Transición Ecológica.
Además de esa ralentización de las obras, otra cuestión fundamental para Melilla es la construcción de un emisario de aguas residuales. Es el Ministerio, responsable de su autorización, el que afirma que “está en ello”.
Otra de las cuestiones es la necesidad de la construcción de un dique en Horcas Coloradas. Este dique serviría para proteger las playas de la zona de los temporales. Algunos como el ocurrido hace apenas unas semanas provocó serios destrozos en la zona.
Mohatar aprovechó el encuentro para mostrar su preocupación porque faltan dos obras para dar “un empujón definitivo” a la ampliación de la planta desaladora. Concretamente es necesaria la construcción de una nueva línea eléctrica para esta instalación pública y la red de saneamiento. Dos cuestiones que corresponden al Ministerio.