El señor estaba este jueves en la cola de la Oficina de Información y Atención al Ciudadano del centro de Melilla, a las 9:00 horas y le escuché quejarse. Me acerqué y me contó que era su segundo día consecutivo en la fila. Había ido el miércoles, con cita previa, para sacarse el pasaporte covid y, de paso, hacerse el carnet del mayor.
Al sacar la cita previa, a su edad, creyó que con un solo tique y un solo viaje al centro podía solucionar los dos trámites sencillos que tenía que hacer en el mismo lugar. Entró a la Oficina de Atención al Ciudadano y le dieron el pasaporte covid, pero no le permitieron hacerse el carnet del mayor pese a que la oficina, según su versión, estaba vacía.
Le dieron cita previa para el día siguiente y por eso me lo encontré el jueves en la cola, enfadadísimo con la atención al ciudadano que presta la Ciudad Autónoma. En definitiva, necesitó dos citas previas distintas para hacer dos trámites distintos en la misma oficina. Burocracia a tope y, encima, amparada por el coronavirus.
Después de casi una semana a la espera de cita previa para sacarme el pasaporte covid de manera presencial, entré a la Oficina de Atención al Ciudadano del centro, pero no me pudieron dar copia del certificado de vacunación porque al haberme inmunizado en otra comunidad autónoma, no existe un registro único de vacunas. Cada autonomía gestiona su parcela y así nos encontramos en España con 17 modelos distintos y 17 formas diferentes de prestar servicios públicos en el mismo país.
La funcionaria que me atendió me comentó que a su hija le había pasado lo mismo que a mí y aproveché para preguntarle si en esa misma oficina podía acreditar mi identidad para el certificado digital. Me dijo que no, pero me recomendó ir al Centro Tecnológico donde le constaba que se hacía.
Juro que he estado una semana buscando en qué sitio de Melilla se puede acreditar la identidad de un certificado digital para operar por internet. Por absurdo que parezca, no conseguí cita previa online. Tuve que hacerlo presencial, después de pasar días llamando por teléfono pidiendo ayuda para poder acreditar que yo soy yo y que mi DNI es mío.
Finalmente conseguí hacerlo en el Centro Tecnológico, como me recomendó una funcionaria de la Oficina de Atención al Ciudadano del centro, y os animo a hacer uso de estos servicios. Fui hasta allí, envié los documentos al mail que me dijo la funcionaria de la puerta (la más amable que podréis encontrar en Melilla) y en tres horas me llamaron por teléfono y por fin conseguí acreditar mi identidad. Para entonces estaba completamente agotada y harta de no poder hacer el trámite más sencillo del mundo.
Después de todos estos inconvenientes accedí a la web del Servicio de Salud de la comunidad donde he vivido en los últimos años y en cuestión de segundos tenía descargado el pasaporte covid europeo.
Sé que en general, en todo el mundo estamos haciendo la transición forzosa a la administración digital y por eso creo que el Gobierno debería ponerle las cosas fáciles al ciudadano, especialmente a los que hemos nacido y crecido en sociedades analógicas.
No sé si existe (yo no la encontré en una semana) información en la ciudad autónoma sobre dónde encontrar las oficinas para acreditar la identidad. Me enteré, como os he comentado, por el boca a. boca. Unos me decía, ve y échale cara al custodio de la Casa del Mar y pídele que te dé cita o ve y échale cara al custodio de la Seguridad Social; ve al Centro Tecnológico...
Los ciudadanos pagamos impuestos para recibir servicios de calidad. No es nuestro deber echarle cara a éste o a aquel funcionario público. Es absurdo que tengamos que ir de forma presencial a una oficina para que nos den una dirección de mail ( data-original-string="gAxPn2iwoYBVXlikfHapqw==5faX7+euBs7VZNDvuaCRuVr3jPcuT4tZ9B0OVsqJdELAx0=" class="apbct-email-encoder" title="Este contacto ha sido codificado por Anti-Spam by CleanTalk. Haz clic para decodificar. Para finalizar la decodificación, asegúrate de que JavaScript está activado en tu navegador."> ce****************@me*****.es
) a la que hay que remitir el código del certificado digital que nos envían desde la web de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, una copia del DNI y un número de teléfono para que nos llamen a través de videollamada y acreditar la identidad.
Esos servicios deben ser accesibles para todos los ciudadanos. Eso es un trabajo por hacer. Si yo que tengo estudios he pasado por este calvario, qué puede esperar alguien que no ha entrado nunca a Internet. Pero de estos temas no se habla en los parlamentos. Nuestros políticos viven en una burbuja al margen de los problemas comunes que viven los ciudadanos.
Tenemos que quejarnos más porque nuestra voz no se oye. No dudo que tras este artículo saldrá algún ilustrado a decirme que esa información que no encontré ni en los centros espirituales está en la web tal o Pascual. La respuesta se la doy por adelantado: los ciudadanos pagamos impuestos y queremos servicios de calidad, básicamente intuitivos. No somos hackers. Somos gente trabajadora que sólo quiere tener un certificado covid con el que, en mi caso, no estamos de acuerdo.