Desde las 00:00 horas de este domingo ha entrado en vigor la orden número 4137, de medidas anticovid, que establece el cierre al público de los establecimientos de hostelería y restauración por un plazo de 15 días.
Persianas abajo, sillas y mesas recogidas y apiladas dentro de los establecimientos eran las imágenes que se repetían en la ciudad. Quienes estaban en los comercios, lo hacían para poner los carteles de “local cerrado”.
El cierre de las cafeterías se notó en el centro de la ciudad. Este domingo, eran muy pocos los melillenses que estaban en la calle y, quienes lo hacían, salieron para andar un y luego volver a casa.
Los agentes de la Policía Local también recorrían las calles para verificar el cumplimiento de las órdenes anticovid.
Denuncia
La Asociación de Empresarios de la Hostelería de Melilla informó, a través de su cuenta en Twitter, de que la policía iba a las cafeterías “para decirnos que no podemos servir cafés para llevar”. El mensaje continuaba y aclaraba que “estamos sirviendo en la calle, a puerta cerrada y nos han dicho que no”.
Además hicieron unos cuestionamientos. “Si se puede comprar el cualquier establecimiento, ir a un centro comercial ¿por qué no podemos servir comida para llevar con recogida en el local? Ese fue el compromiso de Mohamed Mohand”, consejero de Políticas Sociales, indica el mensaje.
Según la orden publicada en el BOME Extraordinario número 48, a lo largo de estas dos semanas, los establecimientos de la hostelería solo puede ofrecer el servicio a domicilio y hasta las 00:00 horas.
Por su parte, el consejero de Políticas Sociales, Mohamed Mohand, informó a El Faro de que permitirán la recogida de alimentos en los establecimientos que tengan dispuesto un mecanismo en el que el usuario no se baje del coche ni acceda al local; así como se mantiene abierta la modalidad de comida a domicilio.
De la misma forma, comunicó que esta semana se reunirá con representantes de la Asociación de Empresarios de la Hostelería de Melilla así como con la Policía Local para evaluar el cumplimiento de las medidas.
Adaptación
Los establecimientos de la hostelería en Melilla ya bajaron sus persianas en marzo, antes del decreto del estado de alarma, como una medida de seguridad y prevención por el coronavirus. Estuvieron tres meses cerrados y reabrieron en la desescalada.
Antes, debieron adaptarse a nuevas medidas sanitarias como limitaciones de aforo, distancia entre las mesas, reforzar la limpieza y desinfección de las áreas, así como el uso de mascarillas de los trabajadores en todo momento.
Con las nuevas medidas anticovid, muchos han decidido ofrecer el servicio a domicilio y seguir trabajando. “Vamos a ver cómo nos va”, dijo a El Faro un responsable de una cafetería. Sabe que cada vez hay más negocios que se suman a esta modalidad, por lo que hay mayor oferta para los melillenses.
Muchos hosteleros están buscando la manera de seguir trabajando, por ello se adaptan a la modalidad de comida a domicilio. En el primer día de cierre, algunos colocaban el cartel de “negocio cerrado”, pero también los horarios y números de teléfono de los que prestan este servicio.
En otros comercios, bajaron la persiana por dos semanas, guardando en el interior de los establecimientos las mesas y sillas que antes estaban ubicadas en las terrazas. La imagen de Melilla este domingo es distinta a la habitual, las cafeterías y bares con sus persianas abajo, las sillas y mesas apiladas y las calles vacías.