La lucha antierrorista en el Sahel, la guerra en Libia, el combate contra las mafias dedicadas al contrabando y la migración clandestina, y la situación de los 700 migrantes irregulares tunecinos en el CETI de Melilla, para los que se negocia un convenio, centran la visita que el ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska realiza hoy a Túnez.
Grande Marlaska llegó a primera hora de la mañana y fue recibido en el aeropuerto por su homólogo tunecino, Taoufik Charfeddine, con el que partió hacia la sede del ministerio de Interior antes de ser recibido por el nuevo primer ministro, Hisham Mechichi.
Entre los asuntos sobre la mesa destaca la situación de los 700 migrantes irregulares tunecinos bloqueados desde hace más de un año en el centro de estancia temporal de Migrantes de Melilla. Un grupo de personas que buscan una solución y exigen ser trasladados a la península tras haber viajado a Marruecos a través de Argelia y entrado en la ciudad autónoma española gracias a pasaportes falsos facilitados por las mafias marroquíes.
Desde hace más de un año, las familias se manifiestan de forma regular frente a la embajada de España en Túnez para pedir al gobierno español y denunciar lo que definen como condiciones inhumanas de hacinamiento, especialmente peligrosas en tiempos de la pandemia por la covid-19.
El asunto ya fue tratado por las ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, durante su encuentro en septiembre con el presidente de la República tunecina, Kaïes Said, quien pidió una “solución dentro de una solución integral al problema de la migración.
“Estoy convencido de que todos somos absolutamente comprensivos y nos une un interés que es luchar contra las organizaciones criminales de toda naturaleza, en este caso las que lo hacen con seres humanos”, manifestó Grande-Marlaska, quien admitió que se trabaja en un convenio con Túnez a este respecto.
“Estamos trabajando para los retornos. Convenios como tenemos con Mauritania y Argelia, a corto plazo”, señaló.
España se convirtió en 2019 en el destino más atractivo para los migrantes irregulares tunecinos, una tendencia que se ha revertido en el presente año en el que su objetivo tradicional Italia, es de nuevo el que más barcos recibe.
Según cifras del Foro Tunecino de los Derechos Económicos y Sociales (FTDES), más de la mitad de los tunecinos que este año han arriesgado sus vidas en el mar lo han hecho rumbo a Italia, país que ha retomado las deportaciones directas y amenazado a Túnez con suspender las ayudas si no frena el tránsito.
La seguridad en el Sahel, corazón de las mafias dedicadas al contrabando de combustible y de personas, y la luchas contra los grupos yihadistas que dominan la zona fue otro de los asuntos candentes de la reunión, en la que se habló de las vías para mejorar la vigilancia de las fronteras y el intercambio de información.
En este sentido, la visita de Marlaska coincidió hoy con el anuncio del desmantelamiento de una presunta red tunecina de tráfico de personas que actuaba en la frontera con Argelia, una zona montañosa en la que actúan varios grupos yihadistas vinculados con la organización Estado Islámico en la zona.
“También con dos materias muy importantes: contra la financiación del terrorismo, una materia relevante, y también contra la radicalización”, aseguró Grande-Marlaska nada más aterrizar.
“Son muy importantes esas políticas conjuntas entre socios prevenir la radicalización como un elemento determinante en la lucha contra el terrorismo. Y profundizar en la relación, tanto en el marco bilateral como en el marco multilateral de la Unión Europea. Ya existen programas concretos y es poner en común la experiencia”, agregó.
La breve visita concluirá con una ofrenda floral frente a la estela que recuerda a las 20 turistas muertos en el atentado yihadista perpetrado en 2015 en el Museo de El Bardo, en la capital, en el que murieron 21 turistas.