La secretaria de Comunicación del partido, Cristina Rivas, recuerda que la Ciudad será la encargada de adecuar la zona e introducir todos los servicios necesarios.
El PP de Melilla se pronunció ayer en torno a la visita de la ministra de Medio Ambiente, Elena Salgado, para entregar las obras de la playa del litoral más conocida como Horcas Coloradas.
En este sentido, la secretaria de Comunicación del partido, Cristina Rivas, recordó que fue bajo un Gobierno popular, el de José María Aznar, cuando comenzó a desarrollarse este proyecto, a través de un convenio firmado entre la Ciudad y el Ministerio por el cual la primera se encargaría de construir un vertedero de escombros y el segundo acondicionaría la playa.
“Me parece bien que las obras se hayan recibido”, afirmó Rivas, aunque matizó que es un proyecto que nació del PP al igual que otras grandes inversiones que se han hecho en la ciudad en los últimos años.
En otro orden de cosas, Rivas señaló que incluso hubo “actos malintencionados” de parte del Gobierno socialista en torno a este proyecto, pues la Ciudad tuvo que modificar la obra de construcción del vertedero de escombros. Esto habría ralentizado la ejecución del proyecto, según comentó, al margen de los cambios que el Ministerio de Medio Ambiente, bajo el Ejecutivo socialista, llevó cabo sobre la idea original de la obra.
En cuanto a la ausencia de servicios, matizó que será la Ciudad la que se encargue de ponerlos en toda la zona, pues en estos momentos no existen. En cualquier caso, remarcó que estas actuaciones deberían haber finalizado antes y no en estos momentos.
Horcas Coloradas sufrió un retraso como consecuencia del cambio del proyecto en varias ocasiones pues en un principio el Gobierno socialista entendía que no se podía construir una carretera desde los cortados de Aguadú, pues había que respetar la zona de acantilado.
En segundo lugar porque hubo varias apuestas a la hora de planear los accesos, ya que al principio se pensó en la construcción de una entrada a través de escaleras para pasar después a sopesar la posibilidad de realizar una bajada a través de un ascensor.
Por último, se aceptó realizar un Paseo Marítimo a través del vertedero de escombros, lo que obligó a la Ciudad Autónoma a modificar la obra que estaba en curso. Todas estas paralizaciones y cambios fueron motivo de crítica del Gobierno local hacia el Ministerio de Medio Ambiente, en una disputa que duró en torno a un par de años, pues el coste de la obra del vertedero aumentó.