“El año 2019 en Educación ha sido un año perdido”. Así lo describe Higinio Rodríguez, miembro del Secretariado de SATE-STEs. Con esta afirmación están de acuerdo el resto de sindicatos del sector de la enseñanza de Melilla. Una asignatura pendiente debido, de nuevo, a la falta de mejoras en el ámbito educativo. Altas ratios de alumnos por aula, falta de instalaciones, que también provocan la necesidad de contratar a más docentes, y además el empeoramiento de las condiciones de trabajo y de aprendizaje para los alumnos son los problemas que se señalan día tras día, y también año tras año desde las organizaciones sindicales.
“Un año perdido para el colectivo docentes por varias cosas, primero porque se creó una oportunidad sobre el papel que fue la nueva ley que revertía los recortes del año 2012; en Melilla no se ha puesto en práctica y como consecuencia seguimos teniendo unos horarios lectivos muy sobrecargados, que son los que se pusieron con los recortes y el Ministerio no se ha avenido a reducir a 18 horas lectivas para los profesores de Secundaria y a 23 para el cuerpo de maestros”, indicó Rodríguez.
Todos los análisis de los sindicatos consultados por este periódico señalan las altas ratios como problema central en la educación melillense. Es un problema que se antoja irresoluble, indicaba Ricardo Gimeno de Comisiones Obreras. Aún se encuentran por encima de la normativa vigente y además de las que se dan de promedio a nivel nacional. “Particularmente teniendo en cuenta que nuestras aulas tienen una cantidad de alumnos con necesidades educativas especiales bastante notables, además de aquellas derivadas de la propia situación lingüística de la ciudad”, dijo Rodríguez.
El responsable de FETE UGT, Mohamed Al-Lal dijo que hay aulas en Infantil con 35 y hasta 38 alumnos por aula, y además en Secundaria esa es la tónica general. Por su parte, el vicepresidente de CSIF, Sergio Ramírez, hace hincapié también en que la ratios son causadas por el aumento de matriculaciones en los centros educativos, y recordó que este año se han producido más de un centenar de matriculaciones extraordinarias en comparación con el año anterior y en las que se desconoce el tipo de documentación presentada para justificar dicho ingreso en los centros.
Construcción de centros
Un año perdido también en cuanto a la construcción de centros educativos, no se ha iniciado ninguna obra. Ha sido en este mes de diciembre cuando se anunció la adjudicación de la creación del colegio en Gabriel de Morales, cuyas obras deben comenzar en el próximo mes de septiembre de 2020. Hasta dentro de tres o cuatro años, “siendo muy generosos”, como señaló Gimeno, no podrán verse los resultados del colegio “y mientras tanto la ratio sigue aumentando”. Al parecer era en 2016 cuando se pretendía poner la primera piedra de este colegio, algo que aún no se ha hecho y habrá que esperar a 2020 para hacerlo.
Rodríguez comentó que teniendo en cuenta las características de la obra y su magnitud, da la sensación de que los plazos de construcción se dilatan en exceso, “mucho más de lo aconsejable y extremadamente mucho más de lo que la situación requiere en sí”. Gimeno, de CCOO, dijo que en los centros que hay ya no se pueden hacer más obras ni tampoco más aulas en huecos de escaleras o pasillos.
Aunque cabe señalar que este año al menos se han acometido algunas cosas como las nuevas aulas modulares. Además, también se encuentran a la espera de que entre en funcionamiento el centro del Jardín Valenciano. Este mes de diciembre se anunció que a principios de año, se recepcionen las obras.
“Parece ser que está terminado pero tampoco ha sido el año en el que se ha puesto en funcionamiento, que al fin y al cabo es lo que nos interesa: que los centros empiecen a funcionar para que disminuyan las ratios y para trabajar en unas condiciones más o menos dignas”, declaró el miembro de SATE-STEs.
Indiscutiblemente la apertura de las instalaciones del Mercado central fueron un hecho positivo, y que señalan todos los sindicatos. Aunque señalaron la década de construcción y trámites administrativos para que por fin empezasen a funcionar ahí el Conservatorio la Escuela Oficial de Idiomas y la Escuela de Adultos. Por ello, señalan que no se puede enmarcar la apertura de este centro como un logro porque “tanto retraso eclipsa la bondad de que se haya puesto en marcha”, dijo Rodríguez, de SATE STEs.
La hecatombe de los interinos
Entre las cosas negativas de 2019, el vicepresidente de CSIF destacó el retraso de las nóminas de los interinos. Un hecho que tildó de “hecatombe” debido al revuelo armado y la gravedad del asunto. Desde hace cinco años, los interinos de Melilla no cobran una vez trabajado septiembre, es una cuestión que se decidió particularmente desde Intervención. Pero este año el retraso ha durado tres meses, es decir, han estado septiembre, octubre y noviembre sin cobrar, sino finales de este último cuando han recibido sus nóminas.
Los sindicatos han denunciado esta situación y reclaman que esto no vuelva a pasar y que estos trabajadores deben trabajar a mes vencido, ya que son personas que tienen hipoteca, préstamos de bancos y familia a la que mantener, como el resto de trabajadores. Esperan desde los sindicatos que esto no vuelva a suceder y que por fin la Administración atienda a sus demandas. Aunque Sergio Rincón, de ANPE, remarcó que aún no se ha recibido ninguna noticia acerca de que en la Administración se han puesto a trabajar para que estas personas cobren cuando les corresponda.
Entre los hechos positivos, Al-Lal, de UGT, señaló como cosas positivas las Ofertas de Empleo Público (OPE), en el marco del acuerdo estatal para maestros interinos que se firmó con los sindicatos de enseñanza. En el 2019 salió una muy importante en el cuerpo de maestros de unas 27 plazas.
Aunque estas ofertas también tienen su lado oscuro, Al-Lal también dijo que aunque el número de vacantes era importante, el sistema de acceso no es el que solicitan desde los principales sindicatos porque aunque las estadísticas dicen que gran parte de esas plazas las ocupan interinos no garantizan que sean ocupadas mayoritariamente por ellos. De esta forma de cara a las próximas oposiciones piden que el proceso se adecue la casuística de los interinos.
Desidia y desinterés
Al final todos llegan a la conclusión de que hay un factor común detrás de todo esto, y es el desinterés y la desidia de la Administración, y también de la clase política. Ramírez, de CSIF, comentó que un ejemplo de ello también pueden ser los Planes de Empleo acogidos al ámbito educativo, cuyos trabajadores se están incorporando a estos centros en estas fiestas de Navidad cuando no hay niños. El vicepresidente de CSIF señalaba que estos trabajadores, deberían estar en los colegios el mismo 1 de septiembre, con el comienzo del curso escolar. Tampoco se están cubriendo las bajas en los centros educativos. La última, según Ramírez, hay una baja de Primaria en el Colegio del Real que no se ha cubierto desde hace dos meses.
Desde ANPE creen que hace falta que se forme un gobierno se se siente a negociar un pacto estatal por la Educación para que desde los docentes desde los centros no se vean supeditados a los cambios de color político y que se preocupen más por Melilla, porque no tiene suficiente poder para poder decidir sobre sus problemas. “La Dirección Provincial hoy en día no deja de ser un simple vehículo de transmisión de los problemas serios y el Ministerio desconoce totalmente la situación real de Melilla”, afirmó Rincón.
Los sindicatos esperan que el Jardín Valenciano esté listo para 2020/2021
El 2019 ha tenido también su toque agridulce, decía Ricardo Gimeno, de Comisiones Obreras. La parte dulce la pone la tan esperada apertura de las instalaciones del nuevo Mercado Central, donde se encuentra el Conservatorio de Música, el CEPA Carmen Conde y la Escuela Oficial de Idiomas que por fin se ha convertido en una realidad y disponen ya de sus propias instalaciones y también de una mejora notable de su lugar de estudio y trabajo. Además, en el próximo me de enero se prevé la licitación de las obras del Jardín Valenciano, a la espera de que dichas instalaciones pudieran servir a partir del próximo curso de 2020/2021 para el IES Virgen de la Victoria y la Escuela de Arte.
Los sindicatos esperan que esto sea así y no ocurra como con el Mercado Central, ya que tardaron en conseguir todos los informes y permisos y dotaciones de mobiliario cerca de cuatro años.
“Esperamos que la Ciudad Autónoma tenga la suficiente presteza y habilidad para agilizar eso de manera que el próximo curso esté funcionando, creo que la sociedad de Melilla no aceptaría bajo ningún concepto que un instituto, con las ratios que hay en las aulas de Secundaria de 38 alumnos en algunos casos, estuviese cerrado una vez construido: eso sería inadmisible”, decía Higinio Rodríguez miembro del Secretariado de SATE STEs.
Señaló que es cierto que cualquier falta del Gobierno retrasa cualquier tipo de actuación en este sentido puesto que muchas de estas cosas dependen de los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, para los sindicatos, el hecho de que aún no se haya formado un gobierno estable tras las elecciones no es excusa para no empezar a moverse. “Son muchos años en los que no se ha hecho nada ni por parte del Ministerio ni por parte de Ciudad Autónoma, sino pequeños parches, que bienvenidos sean porque ayudan algo pero no son la solución”, sostuvo.
Además, la apertura y creación de nuevos centros ayudan a paliar las altas ratios y con ello también los malos resultados de fracaso escolar, en los cuales Melilla se sitúa entre las primeras.
Deficiencias en el Mercado
El edificio del antiguo Mercado Central se encuentra en la actualidad funcionando aunque aún tiene varias deficiencias, entre ellas de seguridad, señalaron los sindicatos, ya que las salidas de emergencia están mal diseñadas. Se dieron cuenta cuando se realizó a principios de mes un simulacro ya que estuvo muy desorganizada la salida, y posteriormente cuando se produjo hace unos quince días un incendio en una de las cubiertas del edificio.
Sergio Rincón,de ANPE, contó que en aquel incidente también hubo una salida desorganizada porque la sirena no sonó en todos los espacios y hubo profesores que tuvieron que correr alertando de que se había producido fuego en el centro. Además de la mala señalización, hubo gente que bajó pisos de más hasta el sótano y otros salieron por la puerta delantera, donde se encontraba el incendio. “No fue a más porque el incendio fue muy pequeño y , gracias a Dios, también porque los Bomberos actuaron rápidamente”, afirmaba Sergio Ramírez, vicepresidente de CSIF.
“Todo eso hay que prepararlo, y el problema es que no pasa nada hasta que pasa”, aseveró Rincón, comentó que hubiera pasado si el terremoto de 2016 hubiese ocurrido en horario escolar. “No los sabemos, pero preparados no estamos”.