Huyen de sus países. Lo dejan todo y van en busca de una oportunidad arriesgando todo, incluso su vida. Muchos atraviesan naciones caminando, para luego embarcar en una balsa para llegar a Europa. Esa es la historia de muchos migrantes.
Dejarlo todo no es fácil, los migrantes huyen de guerras y situaciones impensables por muchos. En menos de una semana han llegado a Chafarinas 84 personas, 24 el pasado 20 de diciembre donde una mujer embarazada debió ser trasladada en helicóptero al hospital, así como también el cuerpo de otra que no logró pisar suelo europeo.
El día de Navidad, otras 60 arribaron al archipiélago. En este rescate, habían cuatro niños a los que les queda una vida por delante. Jugaban con móviles de juguetes y guardaban en bolsas las galletas que les entregaban.
Es Navidad y quién sabe de dónde salieron esos juguetes, pero es un gesto solidario que dibujó una sonrisa en los rostros de estos chicos que deben seguir un nuevo camino junto a sus familiares, el legal.
Melilla es la puerta de entrada para muchos migrantes que esperan trasladarse a otros puntos de la geografía europea. Al llegar aquí, inicia un largo periplo legal que puede prolongarse por años.
En medio de este drama humano, hay que destacar también la labor de los miembros de la Cruz Roja, que en cada una de las pateras que llegan a este puerto, están brindando atención, primeros auxilios y también viendo en primera persona las condiciones en que se encuentran muchos migrantes.
Sin importar la hora, un batallón de voluntarios y personal de la Cruz Roja atiende a los migrantes, les toman la temperatura y evalúan sus condiciones médicas. Estas situaciones se están repitiendo en los últimos meses, en que han llegado nuevas embarcaciones a Chafarinas. Quienes vienen arriesgan su vida en el mar y, al pisar a suelo europeo inicia el camino legal para en un futuro conseguir la nueva oportunidad.