No es que este domingo hiciera mucho frío, pero da igual porque un plato de migas entra bien en el cuerpo en cualquier momento del año. El concurso de este plato típico del invierno ha sido un éxito. Los melillenses aseguraron a El Faro que les había gustado la iniciativa de que se ofrecieran migas por parte de un gran número de entidades que salieron a calle a cocinar para todos. Y la gente se volvió loca con las migas porque no dio tiempo a probar más de un cuenco. Se agotaron en pocos minutos y se generó un buen ambiente, familiar y entrañable en las calles del centro de la ciudad.
Cada asociación, particular o entidad sin ánimo de lucro hizo las migas a su manera. Había migas de pan y migas de sémola. También hubo quien echó ñora en el aceite y quien optó por los pimientos. Otros cocineros echaron panceta mientras que hubo platos en los que había chorizo y morcilla. Es más, había cuencos en los que las migas se habían servido con huevo y otros con uvas. Daba igual los ingredientes porque, por ejemplo, desde Feafes se indicó que lo más importante fue pasar un día cocinando juntos y disfrutando de la compañía de los amigos y usuarios.
Aunque lo cierto es que había premios, tres para ser exactos y fueron a parar al Coro Rociero de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Nuestra Señora del Rocío. Parecía previsible porque las migas se les acabaron en un santiamén. El segundo premio fue para la Casa de Ceuta en Melilla y el tercero, para Jesús María Márquez Gómez.