Este miércoles por la mañana la calle García Cabrelles había cambiado su habitual bullicio y trasiego de gentes y mercancías por el sosiego del silencio.
Muchos comercios y negocios locales del barrio del Rastro a medio día continuaban con el enrejado metálico echado y la habitual venta ambulante de estas calles más céntricas de la ciudad. Gran parte de los puestos de frutas y verduras del Mercado Central tampoco levantaron la cubierta de sus mercancías, ya que muchos de estos vendedores son musulmanes.
Muchos dirían que una parte de Melilla ha amanecido en silencio, y es que la comunidad musulmana de la ciudad se encontraba disfrutando uno de sus grandes días festivos con la familia. Celebran el Eid el Fitr.
Apenas se avistaba gente en los alrededores de la Mezquita Central, aunque sí se dejaba ver de vez en cuando ver algún visitante, local o foráneo, e incluso algún vecino que salió de casa a pasear.
Karim, un vecino musulmán que paseaba por el centro con su mujer y su retoño, contaba a El Faro que la ciudad se encontraba un poco “vacía” este día. Algo normal, expresaba, ya que muchos melillenses probablemente estaban en sus casas con sus familiares celebrando este día tan especial para ellos. Él trabajaba por la tarde, pero esa mañana se la tomó como libre.
Mientras tanto, el ritmo no cesaba para otros en la mañana. La otra parte de la ciudad se encontraba trabajando y cumpliendo con si rutina habitual, aunque sabe que muchos de sus vecinos es festivo, aunque no esté reconocido como tal.
De hecho, hay quien piensa que debería marcarse ya como un día festivo cualquiera. Raúl, responsable de un comercio, decía que estaba teniendo muy poquita clientela este día. Además, contó que muchos de sus trabajadores son musulmanes y que sería bueno que desde la Ciudad Autónoma se pusieran de acuerdo para marcarlo como un día festivo local para todos.
El mes sagrado del Ramadán está ya llegando ya a su fin y pronto la ciudad volverá a recuperar su común compás urbano. Ya solo queda dejar buenos deseos a nuestros conciudadanos por el fin de sus fiestas.