Afiliados de Vox Melilla dan por sentado el sorpaso al Partido Popular en las próximas elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo.
Según estas quinielas, para nada imparciales, el partido de Santiago Abascal conseguiría en Melilla ocho diputados y arrebataría así la victoria a CpM, a quien hasta hace poco daban por ganador en los comicios.
A estas alturas de la precampaña los cepemistas de un Aberchán que en estas elecciones ha decidido dar uno de los pasos más importantes para su partido al presentarse a las generales, conseguirían 7 escaños en la Asamblea, empatando con los populares, y se llevarían el diputado al Congreso.
Al PSOE le dan 1 sillón en la Asamblea y a Cs, dos, pero tampoco descartan que sea a la inversa. Pese a que Albert Rivera dejó claro que no pactaría con los socialistas de Pedro Sánchez, aquí ven a los dos partidos en la misma cuerda.
En medio de estas expectativas, que, en mi opinión, ignora a la gran masa de indecisos, al electorado desmovilizado de La Cañada o la aspiración de Podemos de conseguir en Melilla 1.500 votos que le garanticen un diputado en la Asamblea, el Partido Popular ha presentado unas listas que han conseguido sorprendernos.
Imbroda ha vuelto a dar jaque a quienes menosprecian su experiencia y lo ven como un político cansado, con un proyecto de Ciudad agotado.
Con las listas electorales ha vuelto a demostrar que Marín es su hombre de confianza al mantenerlo en el número dos. Los cambios significativos son la incorporación en los primeros puestos de María del Mar Alfayar, decana de la Facultad de Enfermería, el ascenso del siempre prudente consejero Manuel Ángel Quevedo, y de Javier Lence, un hombre igual de cauto, con los pies en la tierra y al que los mentideros políticos sitúan en la cuerda de Casado y probablemente mucho más allá de sus aspiraciones reales.
De cumplirse las quinielas de los afiliados de Vox, barones del Imbrodismo como el siempre fiel Daniel Conesa, artífice del milagro económico de Melilla, entrarían in extremis en un Gobierno que tendría necesariamente que pactar con Jesús Delgado Aboy, líder de la formación de Abascal en nuestra ciudad.
Pero de las elecciones municipales tendremos tiempo de sobra para hablar. A Europa lo que le preocupa ahora es la estabilidad política de España, que se decidirá el próximo día 28 en las urnas.
Aunque de cara a la galería todos echan pestes de las encuestas del CIS, circula por WhatsApp un vídeo que intenta aleccionar a los electores con la votación al Senado, donde aseguran que si los votantes de PP votan PP, si los de Vox votan Vox y si los de Cs, votan Cs, el PSOE ganará las elecciones en la Cámara Alta porque al fraccionarse la derecha, sólo el partido de Pedro Sánchez conseguiría sumar.
A esto lo llaman la teoría del 1+1+1 que ha corrido como la pólvora, vía móvil, por Melilla y que anima a votar a los primeros candidatos al Senado de las listas del PP, de Cs y de Vox para no regalar nada a Pedro Sánchez.
El Partido Popular está convencido de que el vídeo viral ha salido de la maquinaria publicitaria socialista y desde Génova repiten hasta la saciedad que no hay pacto a tres y que esto se ha hecho para intentar confundir a sus votantes.
Los populares han entrado en pánico y defienden que para que ocurra lo que dice el vídeo del 1+1+1 los votantes deberían ser muy disciplinados y marcar la ‘x’ el día de las elecciones sin meter la pata, cosa más que improbable. No quieren jugársela porque Pedro Sánchez podría terminar pescando en río revuelto. Pero ojo, no será el único: a la derecha del tablero quedan otras dos torres.