El Club Melilla Baloncesto regresó a la senda de la victoria en una cancha histórica y complicada para los pupilos de Alejandro Alcoba. El Decano se impuso por seis puntos de renta (70-76) al Carramimbre en el Polideportivo Pisuerga en un partido igualado por momentos y que tan sólo el buen hacer de los visitantes les permitió llevarse el triunfo a domicilio.
De inicio, el Decano arrancó ligeramente agarrotado en ataque y los errores fueron una constante durante los primeros compases del choque. Algo que también ocurrió a un Carramimbre que llegaba al partido condicionado por las dos últimas derrotas cosechadas. Con el paso de los minutos los jugadores de ambos equipos fueron metiéndose poco a poco en el encuentro y sus números fueron mejorando considerablemente.
Pese a todo, la igualdad sobre el parquet del Polideportivo Pisuerga fue patente y tan sólo un triple de Carlos Novas cuando peor atacaban los vallisoletanos permitió a los de Paco García abrir una pequeña brecha en el marcador. Algo que unido a la acumulación de faltas por parte de Dos Anjos fue suficiente para que los locales mandaran en el electrónico. Aún así, las rotaciones del Melilla dieron sus frutos y frenaron a las ardillas e incluso llegaron al término del primer cuarto con ventaja.
Los de Alejandro Alcoba siguieron con el mismo guión en la segunda manga e hicieron que los esfuerzos locales cayeran en saco roto. Sin embargo, los locales no perdieron la cara al choque y la entrada en pista de hombres importantes, hasta entonces inéditos, como Hayes y Kazadi fue el detonante de la incipiente reacción carmesí.
De esta forma, el técnico del Melillla intentó frenar la sangría de puntos con un tiempo muerto a falta de algo menos de dos minutos para el descanso pero el rodillo vallisoletano prosiguió limando diferencias. Fue entonces cuando aparecieron las prisas y las precipitaciones en el juego local. Algo que acabó con las esperanzas de remontada del Carramimbre ante un equipo visitante muy ordenado atrás y que apenas daba opciones al ataque de los jugadores de Paco García (27-37).
Tras el paso por vestuarios, a los visitantes les costó volver a meterse en la dinámica del juego debido principalmente a la mejoría defensiva de los locales. Asimismo, la buena conexión en ataque de Hayes y el capitán De la Fuente obligó a los de Alejandro Alcoba a emplearse a fondo para neutralizar las acometidas ofensivas locales.
Pese a todo, poco les duraría la alegría a los de Paco García, ya que el Melilla poco a poco aumentó su intensidad atrás lo que volvió a sacar del partido a los locales. Mientras tanto, los visitantes siguieron cargándose de faltas con cuatro hombres por encima de las tres. Aunque el Carramimbre atacaba en oleadas recortó diferencias en los instantes finales del tercer cuarto hasta situarse por debajo de la barrera psicológica de los diez puntos.
En la última manga, las decisiones de los colegiados pusieron en jaque a la concentración de los locales ante un Melilla que aprovechó la situación para marcharse de nuevo en el marcador (53-66). Lejos de tirar la toalla, Carramimbre echó mano de la heroica para dar la vuelta a un partido que se le iba complicando a pasos de gigante con un Gediminas Zyle estelar en ataque. En los instantes finales del choque y en un alarde de coraje los locales apretaron una vez más el marcador, aunque a la postre el mejor manejo de la situación por parte melillense fue suficiente para que la victoria se decantara del lado del Decano.