UNOS 200 inmigrantes subsaharianos han conseguido entrar en Melilla por la valla, en el segundo salto multitudinario del año. El anterior se produjo el pasado Día de Reyes, cuando lo intentaron 300 y lo lograron 206.
Pero a diferencia de ese primer salto del año, ayer hubo un muerto, al menos 19 subsaharianos heridos y 6 guardias civiles lesionados. Fue un día negro para esta ciudad, sobre todo porque este sábado la España socialista de Pedro Sánchez devolvió a otros 24 inmigrantes, de 30 que habían llegado a las Islas Chafarinas. Rajoy no lo habría podido hacer mejor.
Hay un refrán en Estados Unidos que dice algo así como que nada se parece más a un republicano (conservadores) que un demócrata (progresistas). En España podríamos decir más o menos lo mismo si hablamos de inmigración: nada se parece más a un popular que un socialista. Y puestos a elegir, mejor el original que la copia.
Las ONGs están de uñas con el presidente Sánchez no sólo porque ayer en Twitter se saltó, en mi opinión deliberadamente, dar el pésame a la familia del inmigrante hallado muerto tras saltar la valla de Melilla.
Sánchez se limitó a enviar su apoyo a los agentes heridos en el salto. Le habrían abroncado igual si hubiera dado el pésame porque entonces hasta le habrían acusado de alentar la inmigración ilegal y de dar la espalda a quienes defienden nuestras fronteras.
Las ONGs también han advertido al presidente de que estarán ‘al loro’ para impedir una devolución en caliente como la que se hizo en Ceuta el pasado 23 de agosto, cuando el PSOE envió de vuelta a Marruecos a 116 subsaharianos que habrían entrado en España lanzando cal viva y excrementos a los agentes de la Guardia Civil.
Además, han pedido al Defensor del Pueblo que investigue el fallecimiento del inmigrante hallado muerto ayer junto a la valla porque aunque la Delegación del Gobierno apunta a un posible infarto, no se fían de nosotros: nuestra fama nos convierte en sospechosos de todo lo que se menea.
El 17 de diciembre de 2014, un Pedro Sánchez que veía la Moncloa más lejos que Júpiter pedía ayuda a los españoles para acabar con la Ley Mordaza. “Hay que retirar la Ley Mordaza que está hecha a la medida de los miedos de Rajoy. ¿Me ayudas?”, escribió en su perfil de Twitter.
Cuatro años después, con el culo posado en una silla en la Moncloa quiere salvar algunos artículos de la Ley creada a ‘imagen y semejanza de los miedos de Rajoy’. No quiere prescindir de las ‘devoluciones en caliente’.
No nos podemos fiar de quienes dicen digo en la oposición y al llegar al poder dicen Diego.
Si bien es cierto que nada más aterrizar en el Ministerio del Interior, el 26 de julio pasado Fernando Grande-Marlaska adelantó la intención de España de retirar las concertinas de “forma inmediata”, 3 meses después siguen donde estaban. Se esfumaron las prisas.
Los socialistas de base, la gente honesta del PSOE, no entiende los motivos de la sangría de votos o del trasvase a Podemos. No se trata del líder sino de las ideas.