El verano, hasta el momento, no está siendo bueno para el sector de la hostelería. Los melillenses abandonan la ciudad para irse de vacaciones y los problemas en la frontera persisten, lo que configura un panorama nada halagüeño para la actividad hostelera. “El mes de julio ha sido malísimo, un desastre”, sostuvo ayer Hassan Amaruch, presidente de la Asociación de Hosteleros de Melilla, en declaraciones a El Faro. Según calculó, en lo que llevamos de estación, las pérdidas del sector rondan el 20% respecto al estío pasado.
“Entre que los melillenses se van, como es lógico, y que los marroquíes no pueden cruzar a la ciudad, estamos perdidos”, afirmó Amaruch. El empresario insistió en que en estos días se han vuelto a suceder las colas de varias horas para entrar y salir de la ciudad, lo que no ayuda en nada a la hostelería local. “Melilla nunca va a volver a ser lo que era porque se lo estamos impidiendo: con la frontera funcionando mal, esta es una ciudad muerta, aislada y lejana”, señaló.
Con resignación, el portavoz de los restauradores locales apuntó que en lo que va de verano han cerrado al menos unos cinco negocios, de los cuales tres estaban situados en el centro. Es más, señaló que muchos hosteleros se están planteando directamente ni abrir los domingos debido al “poco movimiento” que hay en la calle.
En este sentido, el presidente de la asociación de restauradores afirmó que, además de ser prioritario que se ponga fin a las trabas en la frontera, han de buscarse alternativas para atraer a los turistas peninsulares, que es una de las asignaturas pendientes de la ciudad. Amaruch ya propuso hace meses que lo más conveniente sería abaratar los precios de los transportes al 50% para no residentes.
Más esperanza en agosto
Aunque el diagnóstico hasta ahora no haya sido precisamente favorable, los hosteleros afrontan agosto con más ánimo que el mes pasado. “Este sábado sí que hemos visto que los locales se han llenado más, lo que ha coincidido con la Semana Náutica”, manifestó el presidente de la asociación.
Según incidió Amaruch, este tipo de eventos suelen ser un impulso importante para el tercer sector. No obstante, recordó que los organizadores tienen que “dejar libres” a los invitados si quieren que la economía se mueva.
“Lo suyo es que, en vez de llevarlos de ‘pinchitada’ o de prepararles cenas, se les deje que sean ellos los que decidan a dónde ir y así se repartan por los locales de la ciudad”, valoró. De lo contrario, resaltó, se “perjudica a los restauradores”.
Por otro lado, Amaruch confía en que este mes, con la celebración de la Pascua Grande, que será el próximo día 22, y con el inicio de las fiestas patronales, que arrancarán el 1 de septiembre, los negocios se verán con más ambiente del que han tenido en lo que va de verano.
Además, el presidente de la asociación de hosteleros de Melilla se mostró optimista tras el encuentro que mantuvo a primeros de este mes con la delegada del Gobierno, Sabrina Moh. Según destacó, los restauradores pusieron sobre la mesa las cuatro principales demandas que tienen para que la hostelería recupere su pulso.
Propuestas a Moh
En estas peticiones, se hizo especial hincapié en la necesidad de facilitar los trámites a los trabajadores transfronterizos. “En Melilla hay pocos profesionales de este ámbito y muchos vienen de Marruecos”, aclaró. Por ello, pidieron que el permiso de residencia sea superior a un año y permanezca vigente durante al menos dos o tres. “Por cada empresa de este sector, podemos contar a uno o dos trabajadores fronterizos”, indicó Amaruch.
Otro de los puntos que se puso sobre la mesa fue la urgencia para encontrar algún modo de dar de alta a un trabajador sustituto en fin de semana, para evitar posibles sorpresas de la Inspección de Trabajo. Y, por supuesto, la gran demanda que trasladaron a Moh los hosteleros fue medios para que la frontera no sea un problema, sino un aliado.
Los hosteleros son los que se están cargando su negocio, abren a la 20:30 y a la 16,00 cierran cocina, eso no es ser profesionales, es no tener idea de cómo llevar un negocio de hostelería. Los precios carísimos,más caros que en la península, no tienen idea de echar una cerveza, se ahorran hasta la presión de la misma, de vergüenza, menos quejarse y más ser profesionales. Cualquier día abren un negocio serio y profesional y entonces van a saber lo que es ser profesionales.
A los empresarios de Melilla habría que invitarles ir a comer o pernoctar a los hoteles de Canarias, para que sepan lo que es ser profecinal.......y los precios ni comparación y vengan a nuestros Aeropuertos para que vean cómo se le trata al turismo y no como allí ....un coche cutre de alquiler a 35 euros más seguro unos 45 euros por día jajaja con ese dinero me arquilo un coche como nuevo para 3 días......que DECEPCIÓN
Aplausos Mariem....... así se habla...si señor.
Estuve de vacaciones en Melilla 15 días y procuraré no volver más , desdé el camarero hasta las farmacias nada de nada de profesionales....y lo caro que vale todo,desde ir a cenar como los hoteles cutres que hay,las recetas médicas de Canarias no las aceptan ,hay que pagar siempre en efectivo, unos controles tanto para salir como para irse de viaje que eso parece GUANTANAMO....LO QUE MAS ME A GUSTADO DE LA CIUDAD ES EL DÍA QUE ME MARCHÉ A MALAGA ...MADRE MÍA QUE ALIVIO AL SALIR DE ALLÍ
Los bares no han perdido, han dejado de ganar. Eso debido a la subida de precios y al mal servicio de sus gestores y a la poca profesionalidad de sus trabajadores...
No se puede pretender mejoría con un precio por caña igual o más caro que Madrid e incluso Londres y con unas tapas podrídas que dejan mucho que desear. Claro que Melilla no es lo que era y MENOS MAL!!