El ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, rechazó hoy rotundamente el uso de concertinas en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla, y desestimó autorizar el uso de material antidisturbios para frenar a los inmigrantes que saltan esas vallas.
Las concertinas -subrayó- "no son la solución a nada, y lo repetiré cuantas veces sea necesario: tratamos de mantener una frontera en las mismas condiciones de seguridad pero por medios no cruentos", dijo en declaraciones desde Nuakchot, donde hoy se entrevistó con responsables del gobierno mauritano.
Sobre la petición expresada por alguna agrupación policial para que se autorice el uso de material antidisturbios para repeler el asalto a las vallas, Marlaska la desestimó, no sin insistir en la profesionalidad con que la Guardia Civil está encarando el problema.
Según Marlaska, la respuesta policial a las acometidas a la valla se rige por tres principios: necesidad, idoneidad y proporcionalidad, además de tratar de que se utilice la mínima violencia; en consecuencia, "autorizaciones previas (de material antidisturbios) carecen de cualquier sentido".
Los agentes de la Guardia Civil "saben cómo actuar en cada momento según las circunstancias concurrentes", ya que son "absolutamente profesionales, como lo demostraron el día del asalto inopinado (a la valla de Ceuta) del pasado 26 de julio", cuando más de 600 inmigrantes consiguieron entrar a Ceuta tras franquear esa valla.
Alabos el papel de Marruecos
Grande-Marlaska, alabó el papel de Marruecos en su lucha contra la inmigración ilegal, al tiempo que solicitó que la UE se implique más con el país magrebí.
"No podemos obviar que Marruecos es también un país que recibe flujos migratorios desde el sur del Sáhara y del Sahel, y es el primero que está haciendo un importante papel de regularización", dijo el ministro en referencia a las dos fases que han permitido regularizar a unos 50.000 inmigrantes en situación ilegal en territorio marroquí.
Marlaska no dijo en ningún momento que Marruecos esté presionando para recibir más ayuda financiera de la UE que le ayude a gestionar los flujos migratorios, pero sí recomendó a la Unión Europea "un incremento del compromiso" con los países de origen y tránsito de la inmigración.
"En la UE tenemos un compromiso con los países de origen y tránsito, debemos tenerlo, un compromiso serio y real, y esta es la política, real y efectiva, que la UE debe implementar, y sobre todo incrementar, en un corto periodo de tiempo".
Marruecos no suele tratar en público la cuestión del control migratorio, pero en contadas ocasiones sus responsables afirman sin tapujos que están haciendo de "gendarmes" de las fronteras europeas, un papel que no ven suficientemente compensado política o económicamente.
Uno de los ministros más poderosos del gobierno actual, Aziz Ajanuch -titular de Agricultura y Pesca-, que además es amigo personal del rey Mohamed VI, lo expresó de forma muy clara en unas declaraciones a Efe el pasado año.
"El problema de la emigración es muy costoso para Marruecos, y Europa debe apreciarlo en su justo valor", advirtió entonces Ajanuch, poniendo voz a una idea que circula en todos los medios en Rabat.