“En este barrio hace falta de todo”. Lo dice resignado a El Faro un joven que charla con otros chicos en la zona de María Regente, conocido popularmente como Barrio Cuerno. Pero si hay un problema que destacan por encima de todos es, sin duda, la falta de trabajo. “La mayoría de la gente está en paro”, señala otro de los chavales, que añade que esto está haciendo que haya muchos vecinos que estén optando por emigrar, principalmente a Alemania.
Es cerca del mediodía y los jóvenes se reúnen a la entrada del Barrio Cuerno, apodado así porque antiguamente había muchas cabras en la zona. Hay poco que hacer en un lugar de Melilla en el que el paro es el principal quebradero de cabeza. Y como los problemas nunca vienen solos, el desempleo acarrea así otros, como inseguridad, robos y trapicheos varios.
“Al no haber trabajo, hay peleas, robos, drogas...”, explica Amar, propietario de una tienda del barrio. Los jóvenes también lo corroboran: “Te están incitando a ello con el paro”, apuntan.
“Nosotros pensamos que nos roban pero igual, para el que lo hace, es una cuestión de supervivencia”, añade Salim, de 28 años, el único del grupo que tiene trabajo dado que posee un negocio propio.
Robos en coches
Karim, de 25, añade que los vecinos no pueden dormir tranquilos por las noches porque suelen haber robos en los coches rompiendo los cristales. Se queja también de que en los planes de empleo “siempre salen los mismos” y no hay rotación para que más personas puedan beneficiarse de una iniciativa que es la única tabla de salvación para una Melilla con altos índices de desempleo, que se agudizan especialmente en el Barrio Cuerno.
“Tengo 25 años y habré cotizado solo tres o cuatro meses”, lamenta. Relata que en su caso son cuatro hermanos y solo uno de ellos, de 24, está trabajando actualmente y es gracias a los planes de empleo.
“No hay trabajo. Cada vez está peor Melilla”, indica el dueño de la citada tienda del barrio. Apunta así que muchos han sido los vecinos que han emigrado a Canarias, Alemania y la península ante la falta de perspectiva.
Y es lo que piensa hacer Nabil Amar, de 26 años. Tiene un grado medio de Jardinería y actualmente está terminando un curso de Fontanería en la Escuela Taller. Cuando lo termine, tiene previsto irse en enero a probar suerte a Alemania. Allí tiene varios conocidos melillenses y espera encontrar trabajo con facilidad.
Tanto el propietario de la tienda como Karim coinciden en que pocas son las oportunidades que les quedan. Por ello, muchos vecinos del barrio han optado también por transportar mercancías hasta el otro lado de la frontera en sus coches. Sin embargo, señalan que les están poniendo muchas trabas para hacerlo.
Parada del autobús
Además del paro, también se quejan de que hace falta una marquesina para que la gente que está esperando el autobús pueda sentarse y resguardarse cuando llueve o hace mucho sol.
La mayoría de los vehículos están aparcados en apenas un par de vías del barrio, que está compuesto por un laberinto de calles estrechas, lo que hace que falte aparcamiento en la zona. “Aparcamos como podemos, encima de las aceras, pero luego viene la Policía y te multa”, indica otro joven. También reclaman que se repare en un pequeño muro del barrio la verja de protección, que está muy deteriorada y a la que le falta algún tramo, lo que puede provocar la caída de algún niño.