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Un joven argelino falleció ayer tras caer del camión en el que se coló en el puerto
No había transcurrido ni siquiera una semana desde la última muerte de un inmigrante -el pasado domingo, un hombre de origen subsahariano se ahogaba en aguas próximas al Dique Sur en su tentativa por acceder a Melilla en una patera- y ayer nos despertamos con otro trágico suceso, esta vez en el puerto.
Aún no eran las ocho de la mañana cuando las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad recibieron aviso de que un inmigrante que se había colado en un camión embarcado en el buque que iba a zarpar hacia Motril se había caído de los bajos del vehículo. Según fuentes consultadas por este periódico, esta persona, un joven de poco más de 20 años, se golpeó la cabeza al caer y los sanitarios que lo atendieron nada pudieron hacer para salvarle la vida.
Este periódico confirmó a través de otras fuentes que el fallecido tenía nacionalidad argelina y era residente del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). También que esta persona no había solicitado asilo en nuestro país y que no había tenido ningún problema en el mes en el que residió en el centro de inmigrantes.
El Faro también ha sabido por otras fuentes consultadas que residentes en el CETI, principalmente de Argelia, intentan a diario colarse como polizones en alguno de los buques que parten hacia la península. Este dato revela, pues, que no sólo son menores extranjeros no acompañados los que acceden clandestinamente al recinto portuario para introducirse en los barcos en busca del sueño europeo.
Por otra parte, desde asociaciones de la Guardia Civil continúan denunciando que no se dispone de suficiente personal para garantizar la seguridad en el puerto y evitar la entrada de polizones.
No parece factible convencer a alguien dispuesto arriesgar su vida para colarse en un barco para que no lo haga. Pero sí es posible contar con más efectivos policiales que eviten tragedias como la ocurrida ayer en el puerto. Si no se traen refuerzos, estos terribles episodios no tendrán fin.