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Un hombre entró ayer por el paso de Beni Enzar armado con un cuchillo de grandes dimensiones
Parece mentira, pero no lo es. Ayer, un hombre cruzó el puesto de Beni Enzar en dirección a Melilla con un cuchillo de considerables dimensiones en su poder. Esta persona, marroquí de 29 años, esgrimió el arma cuando ya había alcanzado el lado español de la frontera y lo hizo al grito de “Alá es el más grande”. Sólo la rápida reacción de los agentes de la Policía Nacional que hacían guardia evitó que el intruso causara una desgracia. Uno de ellos le lanzó una de las barreras que se utilizan para delimitar carriles y después, cuando los efectivos lograron reducirlo, otro de éstos sufrió heridas leves en una mano.
El Ministerio del Interior descartó que se trate de un ataque terrorista. Esta área del Gobierno habrá efectuado sus investigaciones y no hay por qué dudar de ellas. Sin embargo, sí se debe dar voz a los sindicatos de la Policía Nacional, quienes alertan de la “facilidad” con la que puede pasar a Melilla desde el lado marroquí alguien portando armas.
La Unión Federal de Policía (UFP) denunció que “cualquier persona armada puede pasearse” por territorio marroquí “y además se le permite pasearse por tierra de nadie como si fuera la suya propia, desembocando en desenlaces de este tipo”.
Por otra parte, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) coincidió en la “facilidad” con la que alguien llegue con armas al lado español del límite fronterizo sin que nadie haya efectuado ningún control en el lado marroquí.
Tanto SUP como UFP proclamaron además que la Policía necesita más efectivos para evitar situaciones como la ocurrida ayer.
Está claro que nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad requieren más medios en la frontera, pero también que Marruecos tome las medidas preceptivas para impedir episodios como el de ayer. Sin la coordinación con el país vecino, nada garantiza que ese suceso no vuelva a repetirse.