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La Fiscalía reclama 26 años de prisión para el autor confeso del asesinato de La Hípica
Hace poco más de un año, el 10 de julio de 2016, era hallado junto a la playa de La Hípica el cadáver de una mujer. Rápidamente la Guardia Civil informó de que había sido una muerte violenta y que nos encontrábamos ante un caso más de violencia de género.
La víctima era una española de origen ecuatoriano con residencia en Oviedo. Se había desplazado a Melilla en compañía de su bebé, que entonces tenía apenas un año, para encontrarse con su expareja y padre del niño, de nacionalidad marroquí, quien ya había sido condenado pocos meses antes por haber maltratado a la joven.
A pesar de que se le había impuesto una orden de alejamiento y prohibición de comunicación con su expareja, el individuo, que también había sido expulsado de España y tenía prohibida la entrada en el país, se las apañó para convencer a la joven de que se acercara a Melilla para así pasar a Marruecos y presentar el hijo de ambos a su familia paterna. Su intención no era ésa, sino asesinarla, lo que finalmente llevó a término.
Aunque el Juzgado especializado en violencia de género de Melilla se hizo cargo en principio de la instrucción del caso, finalmente se inhibió en favor de un tribunal de Oviedo, pues la legislación establece que los crímenes de violencia machista sean juzgados en el lugar donde la víctima tenía fijada su residencia.
Ayer, la Fiscalía del Principado de Asturias informó de que solicitará una condena a 26 años de prisión para el acusado. El autor confeso del crimen merece un castigo ejemplar y la pena reclamada por la acusación lo es. Sin embargo, la cárcel no es suficiente. Mientras no se eduque a la sociedad en los valores de la igualdad y el respeto a las mujeres, seguirán cometiéndose crímenes execrables como éste. Por lo tanto, queda mucho por hacer para erradicarlos.